Hace tres semanas que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos (EE.UU.) hizo pública su decisión de anular la sentencia Roe v. Wade, la cual hacía 50 años que protegía el derecho del aborto como derecho constitucional. En este tiempo, las manifestaciones a favor del derecho de las mujeres de poder decidir se han reproducido dentro y fuera del Estado. Muchos políticos demócratas han posicionado contra la decisión del Supremo, de mayoría conservadora, pero no han impulsado grandes medidas hasta ahora. Por el contrario, los republicanos a muchos estados se han apresurado a aprobar ley que hacen virtualmente imposible poder abortar en ningún caso. Sin embargo, en las últimas horas, el presidente estadounidense, Joe Biden, ha firmado un decreto que pretende proteger el acceso a este derecho.

La orden ejecutiva que ha firmado Biden exige al Departamento de Salud que coja las medidas necesarias para garantizar el acceso a la medicación abortiva. También se pide a este Departamento que estudie las mejores maneras de proteger a los profesionales que dan este servicio. La administración Biden también planea que Merrik Garand, fiscal general, y Dana Remis, la abogada de la Casa Blanca, convoquen abogados privados, colegios de abogados y organizaciones de interés público por fomentar "una representación legal sólida de pacientes, proveedores y terceros legalmente" o buscar u ofrecer servicios de atención a la salud reproductiva en todo el país.

Al fin y al cabo, sin embargo, evita una de las principales reivindicaciones del movimiento feminista de los EE.UU. los últimos 50 años y que ha reavivado desde la decisión del Supremo: reconocer el derecho del aborto en una ley federal. Hasta ahora ha sido un derecho que solo se sostenía por una sentencia que creaba una jurisprudencia muy concreta: el derecho a decidir sobre el cuerpo es de las personas y no del gobierno. Sobre esta premisa se han construido leyes satélite que dependían de Roe v. Wade, pero no había una regulación propia a escala federal que protegiera este derecho al margen de los tribunales. Los demócratas no lo han llegado a hacer nunca y, ahora, algunas voces dentro del partido se suman a esta demanda, pero la Administración Biden valora esta opción poco a poco.

Tan poco a poco, que, por ahora, el presidente Biden está aprovechando la situación para pedir el voto para los demócratas a las próximas elecciones en las Cámaras estadounidenses, con el fin de poder garantizar este derecho. "Biden ha dejado claro que la única manera de garantizar el derecho de la mujer a escoger es que el Congreso restablezca las protecciones de Roe v. Wade como ley federal", han afirmado desde la Casa Blanca.

Mientras tanto en los estados antiabortistas

Por otra parte, los republicanos que gobiernan muchos estados no han tardado nada en sacar adelante ley extremadamente restrictiva. Hace poco más de una semana, el Tribunal Supremo de Texas restableció la ley de 1925 que prohibía el aborto. Pero no solo están apretando el acelerador los gobernadores republicanos, algunos demócratas que han basado su campaña a posicionar como antiabortistas han visto su oportunidad. Es el caso de Louisiana, donde en el pasado jueves, la jueza estatal ha levantado este viernes el bloqueo judicial que impedía la entrada en vigor de la prohibición del aborto en Louisiana. Decisión bien recibida por el gobernador demócrata.