El silencio de los Estados Unidos ante la última escalada de ataques rusos a Ucrania pone en evidencia un fracaso diplomático de la administración de Donald Trump, así lo destaca un artículo del The Guardian. Esta falta de acción ha estado duramente criticada por Ucrania y varios líderes internacionales, y se considera que ha dado carta blanca en Rusia para intensificar su agresión. Durante dos noches consecutivas, Rusia ha lanzado lo que muchos consideran el ataque aéreo más masivo desde el inicio de la guerra: casi 300 drones y 70 misiles golpearon varias ciudades ucranianas, incluyendo Kyiv, Járkov, Odesa y Dnipró. Estas ofensivas provocaron al menos 12 muertos, incluidos tres niños, y más de 60 heridos. Las autoridades ucranianas también denuncian que muchos de los objetivos atacados eran civiles, cosa que podría constituir crímenes de guerra.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha acusado directamente a Estados Unidos de "silencio cómplice", asegurando que la inacción norteamericana da cobertura a Vladímir Putin. La escalada ocurrió justo después de una llamada telefónica de dos horas entre Trump y Putin, de la cual no se han dado detalles concretos, pero que ha despertado críticas por el tono supuestamente cordial y por la falta de respuesta posterior.

Putin y la creación de una "zona de seguridad"

Putin, a su vez, ha declarado la voluntad de crear una "zona de seguridad" en el este de Ucrania, cosa que muchos interpretan como una nueva justificación para expandir la ocupación. Además, los analistas advierten que la reciente ofensiva busca agotar las defensas antiaéreas ucranianas y sembrar el terror entre la población.

A pesar de la gravedad de los hechos, la Casa Blanca se ha limitado a expresar "preocupación" y ha retirado el apoyo a la soberanía ucraniana, sin anunciar sanciones ni medidas concretas. Esta actitud contrasta con la respuesta más enérgica que otros países europeos han mostrado. La alianza Weimar+ —integrado por Francia, Alemania, Polonia, Reino Unido, Italia y España— ha intensificado los contactos diplomáticos y ha pedido acciones más decididas.

Muchos expertos ven en la pasividad de los Estados Unidos un síntoma de un cambio de orientación en la política exterior de Trump, más centrada en asuntos internos y menos interesada en liderar el orden internacional. Eso, según ellos, debilita a la OTAN y abre la puerta a más agresiones por parte de regímenes autoritarios.

Personas desplazadas y hospitales colapsados

La situación ha dejado Ucrania en una posición todavía más vulnerable. Zelenski ha vuelto a pedir apoyo militar y político urgente, y advierte que cada día sin respuesta es una victoria para Putin. Además, el miedo entre la población civil aumenta, con miles de personas desplazadas y hospitales colapsados por la ola de heridos.

En resumen, el artículo concluye que el silencio de EEUU ante una nueva fase devastadora del conflicto ha agravado la situación en Ucrania y ha minado la credibilidad del liderazgo norteamericano en la defensa de los valores democráticos y la seguridad global.