El teatro Olympia de París ha acogido la 49.ª edición de los Premios César, una edición que ha sido marcada por el Me too que desde hace meses se gesta en sí del cine francés. La impunidad con respecto a los abusos sexuales en la industria cinematográfica francesa ha recibido una estocada mortal desde que cada vez se acumulan más y más denuncias de actrices contra directores y otros miembros de los rodajes. Algunas de estas denuncias recogen hechos que habían pasado cuando estas actrices eran menores de edades. Entre los casos más mediáticos de esta bola de nieve que hace meses que va creciendo es el de Gérard Depardieu. Ahora la buena de nieve se ha convertido en un alud que ha arrasado los César de la mano del activo Judith Godrèche, cuyo discurso ha sacudido todo el teatro.

Godrèche ha denunciado recientemente que había sido abusada por dos directores (Benoit Jaquot y Jacques Doillon) cuando era adolescente. Visiblemente nerviosa, se ha dirigido en la sala "cara a cara, ojo a ojo." "Sé que da miedo: perder subvenciones, perder papeles, perder el trabajo. Yo también tengo miedo. Dejé la escuela con 15 años, no tengo el bachillerato, nada. Sería complicado estar en una lista negra", ha reconocido y ha añadido: "El silencio ha sido mi motor durante 30 años. ¿Por qué permitir que este arte que amamos tanto, este arte que nos une, se utilice como cubierta para el tráfico ilícito como chicas? Está en tus manos. Estamos en el punto de mira, en el alba de un nuevo día. Podemos decidir que los hombres acusados de violación no tienen que dirigir el cine".

Francia y el rechazo al 'Me Too'

Permitir en Godrèche dirigirse al público de los premios César es la primera vez que la industria cinematográfica francesa se apuesta de esta manera contra las denuncias de abuso sexual. Es un movimiento inaudito e inesperado en un país y en una industria que tiene una historia muy complicada y difícil con el sexo, el consentimiento e incluso la edad de consentimiento. Bajo la bandera de luchar contra el puritanismo, desde diferentes partes de la sociedad francesa se han rechazado a lo largo de los años este tipo denuncias e, incluso, algunas propuestas legislativas.

Hay que recordar que cuando en los Estados Unidos estalló el Me too y llegó a Europa el año 2018, la industria del cine francesa rechazó de raíz el movimiento de denuncia. Tanto es así que 99 mujeres francesas destacadas, incluida Catherine Deneuve, firmaron una carta acusando esta campaña de intolerante y puritana y defendiendo los derechos de los hombres a "importunar, indispensable para la libertad sexual". Con un precedente así, las palabras de esta noche de Godrèche y las últimas denuncias en este sector cogen un nuevo peso, ya que el escenario no era especialmente acogedor.