El discurso de Volodímir Zelenski en el Congreso de los Diputados, después de recorrer los parlamentos de diferentes países europeos, dejó en tres grandes empresas, Porcelanosa, Sercobe y Maxam, como las principales perjudicadas. El líder las criticó por sus relaciones con el gobierno de Putin y por no haber roto las relaciones, como han hecho la gran mayoría de compañías, después del estallido de la guerra. Si bien Sercobe y Porcelanosa, probablemente la más conocida de las dos y que la gente identificó rápidamente, reaccionó prácticamente al momento a las palabras del presidente ucraniano, la gestión de esta crisis por parte de Maxam ha sido totalmente diferente: silencio absoluto. ¿Sin embargo, a que se dedica esta compañía? Este grupo empresarial se centra en la fabricación de explosivos, es una de las principales compañías en este mercado, para la minería, la ingeniería civil y el armamento.

Su historia se remonta en 1872 a Bilbao, donde el empresario sueco Alfred Nobel, que creó y da nombre a los famosos premios, fundó la Sociedad Anónima Española de la Pólvora Dinamítica. Años después, se juntó con siete fabricantes más originando la Unión Española de Explosivos, que desde 1896 ha sido la líder en este sector en el Estado. Décadas después, en 1970, se juntó con la empresa Unión Explosivos Río Tinto, pero se tuvieron que separar por las deudas. Ahora mismo, está presidida por José Manuel Vargas, que entre el 2012 y el 2017 fue presidente de AENA, a propuesta del gobierno Rajoy.

9 filiales en Rusia

Para encontrar el inicio de sus relaciones con Rusia y Putin que ahora ha denunciado Zelenski, tenemos que viajar hasta el 2002, año en que llegó en este país, donde ahora ya cuenta con 9 filiales, que proveen sus servicios por toda Rusia, desde los Urales hasta Siberia. Pero estas filiales no solamente se encuentran en Rusia. Después de la crisis con la Unión Explosivos Río Tinto, la empresa fue vendida al fondo de inversión Pallas Invest y, a partir de entonces, empezó a crecer por todo el mundo. Maxam, rebautizada en 2007, cuenta con 6.000 trabajadores repartidos en 80 empresas de 50 países. Según informa TV3, su facturación es de más de 1.000 millones de euros el año.

Sin beneficios

A pesar de su silencio público, Maxam sí que se ha pronunciado delante del Gobierno después de las acusaciones de Zelenski. El presidente Vargas informó ayer a la secretaria de Estado de comercio, Xiana Méndez, en una reunión de urgencia con Porcelanosa y Sercobe,  que Rusia había confiscado "de facto" el apresto. Según El Confidencial, las tres compañías habían sido citadas por la secretaria para conocer cuál era la situación exacta de sus negocios: si bien las dos otras empresas ya habían aclarado la situación, Maxam todavía no se había pronunciado y confirmó que Rusia había respondido así a las sanciones occidentales sobre las empresas y empresarios rusos. Concretamente, los obliga a mantener la actividad de las fábricas y prohíbe cualquier repatriación de capitales, así como disponer de las acciones: no pueden obtener ningún beneficio económico de su presencia actual a Rusia.

Según declaró su presidente, la empresa recibió un burofax del ministerio ruso de Industria en que se les advertía de sanciones adicionales si no seguían fabricando productos a pesar de la guerra. Días antes, habían tenido que hacer un paro técnico por falta de mercancías. Así, las empresas extranjeras que tienen fábricas en Rusia tienen que seguir trabajando, pero no pueden disponer del dinero que ganan. Todo se traduce en una confiscación "de facto". Después de este encuentro y a pesar del silencio público de Maxam, el Ministerio emitió un comunicado en que aseguran que las compañías "han aclarado que en la actualidad no mantienen ningún tipo de actividad en el mercado ruso y que se suman a la condena internacional de la guerra".