La justicia marroquí ha sentenciado a 11 meses de prisión en los migrantes que sobrevivieron a la tragedia de Melilla, donde murieron decenas de personas. El Tribunal de Primera Instancia de Nador ha condenado firmemente a los 33 africanos que fueron detenidos durante el intento de saltar la valla de la ciudad autónoma española en el Magreb. Además, el juez les ha impuesto una multa de 500 dírhams, al cambio 47 euros y una compensación de 3.500 dírhams (329 euros) por los "daños causados" a los policías que intentaron aplacar la oleada de migrantes.

Según ha indicado la Asociación Marroquí de los Derechos Humanos, todos los acusados firmaron las declaraciones que la policía les ofreció sin leer nada, aunque todos negaron en todo momento los delitos que se les imputaban. La fiscalía los acusaba de múltiples delitos como de organizar y facilitar la entrada y salida irregular de personas extranjeras en Marruecos o también de insultar y agredir a los agentes. La Asociación Marroquí de los Derechos Humanos, que lidera la defensa de los condenados, ha afirmado: "Es una sentencia muy dura para los solicitantes de asilo que solamente buscan protección internacional. Esperamos que la Corte de Apelación rectifique esta dura condena".

Por otra parte, todavía quedan un grupo de 28 migrantes en que serán juzgados por la Corte de Apelación, ya que este tribunal se encarga de los delitos más graves. La fiscalía marroquí los acusa de tráfico ilegal con personas, de ejercer la violencia contra los policías y secuestrar a un agente marroquí. Desde los días posteriores a los hechos, el 27 de junio, se encuentran arrestados en prisión preventiva a instancias de que se celebre el juicio a finales de julio.

Los hechos

Una treintena de migrantes murieron por aplastamiento en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad marroquíes durante un intento masivo de saltar la valla de Melilla. Según recogen varios medios, murieron por aplastamiento o asfixia al producirse una avalancha y quedarse atrapados cerca del perímetro fronterizo. Además, resultaron heridos 133 ciudadanos africanos y 189 policías marroquíes. La desgracia se produjo cuando centenares de migrantes, la mayoría sudaneses y subsaharianos, intentaron traspasar las fronteras del Marruecos con España a Melilla de madrugada. Sólo 500 personas consiguieron acercarse a las vallas de las más de 1.500 que habían intentado aproximarse al perímetro desde la madrugada. Los pocos que pudieron acceder al paso fronterizo del Barrio Chino de la ciudad española, sufrieron una lluvia de botes de humo por parte de la Guardia Civil. Finalmente, 133 personas sobrevivieron a los embates de la policía marroquí y española y consiguieron cruzar al forzar la puerta del paso fronterizo con una cizalla.

Estos hechos provocaron las reacciones de la mayoría de partidos políticos catalanes y españoles. Hasta llegar al punto de qué Europa se pronunció al respecto. La comisaria de Interior de la Unión Europea, Ylva Johansson, mostró su "profunda" preocupación por la "pérdida de vidas humanas". De hecho, Johansson argumentó que las muertes de los migrantes son lo "más importante". Sin embargo, la comisaria europea insistió, en línea con el Gobierno, en la defensa y la necesidad de responder a las ofensivas contra las fronteras internacionales: "Ha sido un asalto violento".