Drones, francotiradores, policía montada y barcos a lo largo del río Támesis. Este martes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegará al Reino Unido en medio de la mayor operación de seguridad llevada a cabo en el país desde la coronación del rey Carlos III en el 2023. Si bien cualquier visita de un jefe de Estado extranjero requiere importantes preparativos policiales, los expertos aseguran que, esta vez, las autoridades británicas han decidido aumentar el nivel de alerta después del asesinato de Charlie Kirk en Utah el pasado miércoles. El despliegue de seguridad también estará influenciado por el intento de asesinato que sufrió el mismo Trump —en circunstancias muy similares al de Kirk— en julio del año pasado, mientras realizaba un mitin político en Pensilvania. Está previsto que Trump llegue a Londres el martes por la noche, desde donde viajará al castillo de Windsor, al oeste de la ciudad, para asistir a varios acontecimientos con la familia real.

Según un exagente de protección de la corona británica consultado por The New York Times, el asesinato de Kirk hará que los esfuerzos de protección se redoblen con el fin de garantizar que no quede abierta ninguna posición desde donde se pueda disparar. En este sentido, se revisará todo el espacio, tanto por tierra como por aire, con exhaustivos controles sobre edificios, tejados, escaleras de incendios y otros puntos elevados. Por otra parte, policías armados de Inglaterra y Gales serán enviados a Londres y Windsor para reforzar las filas de las fuerzas de seguridad locales a lo largo de los tres días de viaje del republicano. Un equipo de francotiradores utilizará sus posiciones para observar en todo momento al presidente, la realeza británica y los políticos que asistirán a los acontecimientos. Contrariamente a lo que sucede en Estados Unidos, el Reino Unido tiene uno de los marcos legales más estrictos del mundo con respecto a la tenencia de armas. Las licencias solo se obtienen por motivos legítimos como la agricultura o el deporte, y el interesado tiene que pasar una serie de controles que se han endurecido especialmente este año. La posesión de la mayoría de pistolas fue prohibida después de un tiroteo escolar en Escocia en 1996.

Visita real en carruaje y cumbre con Starmer

Donald Trump se reunirá con el rey Carlos y la reina Camila, así como con el príncipe y la princesa de Gales, en los terrenos del castillo de Windsor, desde donde viajarán en un carruaje abierto antes de asistir a un banquete de estado. En Windsor, el espacio aéreo estará restringido durante la visita, mediante una orden legal cuyo cumplimiento se supervisará con el despliegue de drones y helicópteros policiales. En una entrevista reciente al The New York Times, uno de los inspectores de la operación informaba de que "muchas tácticas de seguridad desplegadas serán altamente visibles, pero otras estarán muy encubiertas". El jueves, se espera que el presidente norteamericano se reúna con el primer ministro Keir Starmer en una gran mansión rural, y al acabar volverá a Estados Unidos. Trump viajará acompañado de su propio equipo de seguridad personal, incluida la limusina presidencial blindada conocida como "La Bestia", que será transportada por aviones de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Oportunidad para coger aire en un momento delicado

Al margen de las cuestiones de seguridad, la visita de Donald Trump a Londres llega en un momento delicado para el gobierno de Starmer, con una crisis que ha llegado a su punto álgido tras la caída de la número dos del gobierno, la secretaria de Vivienda Angela Rayner. Además, el jueves pasado, el premier británico despidió sin contemplaciones a Peter Mandelson, el embajador del Reino Unido en Washington, después de que se publicaran correos electrónicos que lo vinculaban con el pederasta y empresario Jeffrey Epstein. Trump hace tiempo que intenta sobreponerse a las acusaciones que lo vinculan con Epstein, cuestión que ha generado un gran rechazo incluso en su propia base de apoyo. Ahora, el republicano tendrá que abordar con Starmer la elección del sucesor de Mandelson. Al margen de estas cuestiones, medios locales como The Guardian consideran que la visita del presidente norteamericano no es más que "la mayor distracción de todas" —durante la visita, no faltarán actos de pompa y ostentación, como por ejemplo una exhibición acrobática de la Royal Air Force— para desviar la atención de la grave crisis que atraviesa en estos momentos la administración británica.

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