Kiruna es una de las ciudades de Suecia que queda más al norte del país, muy cerca de la frontera con Noruega y con Finlandia. Esta localidad de unos 18.000 habitantes le puede sonar a algunos lectores por ser la ciudad natal de la escritora de novela negra Asa Larsson, la cual escribe libros sobre una protagonista que estudió leyes en Upsala (como ella) y que vive una serie de acontecimientos que suceden en Kiruna. Entre sus obras más populares está Aurora Boreal, que es el primero de una colección de seis libros que acaba, por ahora, con Los pecados de nuestros padres.

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Esta ciudad sueca es ahora noticia ya que se tendrán que trasladar todos los monumentos y edificios históricos que hay en otra zona: se hunde la mina de hierro mayor del mundo y amenaza con tragar-se la ciudad. Según publica este martes El Español en colaboració con The Guardian, en el 2026 se cargará en un remolque la iglesia del pueblo, un edificio de madera de 600 toneladas y se llevará a otro lugar. La mina está provocando que ya aparezcan grietas en el hospital y que una escuela haya dejado de ser segura para los niños.

La mina que ahora atemoriza a la ciudad se fundó en 1900 y la gestionaba la empresa estatal sueca LKAB. En el 2021 empezó a producir el llamado hierro esponja, sin utilizar combustibles fósiles, sustituyendo el carbón por hidrógeno producido a partir de electricidad verde. De hecho, hace pocos días la mina anunció que tiene el yacimiento más grande de Europa de tierras extrañas, metales esenciales para fabricar baterías de coches eléctricos y turbinas eólicas.

Mudanzas masivas

Los habitantes se tienen que marchar si quieren estar seguros en su casa, concretamente uno total de 6.000 residentes del centro histórico, donde están los comercios, la iglesia, escuelas públicas y el hospital. El director de este macroproyecto, Ingemar Törmä, ha ideado el llamado Barrio 8, que es donde se trasladarán una cuarentena de comercios y se construirán unas 300 nuevas viviendas. Con el nuevo emplazamiento, la mina podrá seguir trabajando y no peligrará la integridad física de locales y vecinos. La compañía minera empezó a advertir del posible hundimiento el año 2004, y en el 2007, después de un gran debate, los representantes de Kiruna decidieron que era necesario que poner en marcha la construcción de "la nueva Kiruna". .

La ciudad se tiene que mudar si se quiere salvar a ella misma ya que la actividad de la mina, que produce a diario la cantidad de hierro necesaria para construir 6 torres Eiffel, no se puede detener. La tierra ha dicho basta y por eso hace unos cuantos años que el ruido de movimiento de camiones de mudanza es continuo en Kiruna. La imagen es muy diferentes a la de un traslado habitual de cajas y muebles, en esta localidad sueca los camiones mueven casas enteras. Kiruna se ha convertido en una víctima de su propio éxito: ser una de las minas más grandes del mundo.