Día durísimo el martes 14 de marzo para el presidente de Colombia y último premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos. El escándalo de la corrupción salpicó directamente a su partido. El gerente de su campaña en las elecciones del 2014, Roberto Prieto, confirmó que la constructora brasileña Odebrecht había pagado una encuesta y los carteles de la campaña del 2010 del actual presidente.

La Ley Electoral de Colombia prohíbe terminantemente la aceptación de ayudas económicas por parte de cualquier empresa extranjera. Odebrecht está en estos momentos investigada por sobornos en varios países de América Latina. Prieto admitió que al recibir ese dinero los afiches habían sido comprados de forma irregular.

Un poco antes de que su gobierno decretara la liquidación de la filial de Gas Natural en su país y que felicitara al ciclista Nairo Quintana por ganar la Tirreno-Adriático, además de anunciar el duro golpe que la Policía y el Ejército dieron al ELN al capturar a uno de sus jefes, Santos utilizó su cuenta de Twitter para negar que supiera algo de una ayuda financiera por parte de la empresa brasileña Odebrecht en la campaña a la presidencia del 2010.

“Condeno –de la manera más enfática– los hechos revelados alrededor de mi campaña del 2010. Pido a los involucrados asumir su responsabilidad”, escribió el presidente que, a continuación, adjuntó un video en el que extendía su explicación.

Como era de esperar, Santos dijo no saber nada de nada. Expresó su condena al hecho, que llamó bochornoso, y pidió excusas a los colombianos. Dijo que no autorizó ni tuvo conocimiento de unas gestiones que había exigido que se hicieran dentro de las normas éticas de la campaña. El presidente llamó a esto último una violación que, según comentó, no supone ni puede suponer que la gente entienda que ello implica hechos de corrupción en su gobierno. Por ello pidió a las autoridades competentes que investiguen todas las decisiones de su administración y sancionen a los responsables de cualquier acto de corrupción.

La congresista líder de Alianza Verde, Claudia López, que se ha erigido en la voz castigadora de la mayoría política colombiana y está llevando una campaña de firmas para propulsar una consulta popular anticorrupción, fue la primera en manifestar su crítica a Santos. “Nos estamos uniendo para que los Santos, Vargas, Uribes y demás corruptos de Odebrecht nunca más mal gobiernen Colombia”, escribió en su cuenta de twitter.

López también pidió en un programa de radio sanciones ejemplares, incluida una restricción para que los partidos que aparentemente recibieron financiación de Odebrecht en 2010 y 2014 no puedan presentar ningún candidato en las próximas elecciones.

“Otra vez volvimos al cuentico de que todo fue a sus espaldas”, dijo Claudia López. “Ni Uribe (ex presidente) supo de la financiación ilegal de Odebrecht, ni Santos tampoco. ¡Que no nos crean tontos! No vamos a volver a permitir que desde afuera, con financiación ilegal, indebida, con fraude electoral, se sigan imponiendo presidentes en Colombia”.