El presidente saliente de Brasil, Jair Bolsonaro, se mantiene en silencio cuando ya hace más de 16 horas que el escrutinio de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del país acabó. El resultado es que Lula da Silva ha resultado el ganador de los comicios con el 50,9% de los votos, mientras que Bolsonaro se ha quedado con el 49,1% restante. En cifras absolutas, la diferencia entre los dos candidatos ha sido de 2,1 millones de votos. Los medios brasileños informan que el todavía presidente siguió el recuento desde su residencia oficial en Brasilia y que este mismo lunes ha ido al Palacio presidencial, pero se ha abstenido de hacer ningún tipo de comentario.

En sus redes sociales, tampoco ha hecho ninguna publicación, aunque es muy habitual que haga muchas a lo largo del día. De esta manera, con este silencio, Jair Bolsonaro todavía no ha reconocido públicamente su derrota ni tampoco ha felicitado a Lula da Silva por su victoria. En su agenda, tampoco consta ningún acto ni compromiso oficial. De sus cinco hijos, tres son políticos: Eduardo Bolsonaro es diputado, Flavio Bolsonaro es senador y Carlos Bolsonaro es concejal de Río de Janeiro. También tienen mucha actividad en las redes sociales, pero desde la confirmación de la victoria de Lula tampoco han hecho ningún comentario ni ninguna declaración al respecto.

El único de los hijos que estaba más activo hasta el momento en que Lula hizo el 'sorpasso' a Bolsonaro era Eduardo, que participó en uno directo a través de Internet donde se hacía seguimiento del recuento de votos. Cuando la tendencia ya se inclinaba hacia el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), optó por suspender la emisión sin dar ningún motivo. Sin embargo, algunas personas del entorno de Jair Bolsonaro sí que han admitido que Lula es el ganador de las elecciones y que será, nuevamente, el presidente de Brasil después de esta victoria.

Bolsonaro amenazó durante la campaña con no reconocer los resultados

Ahora bien, este silencio de Bolsonaro también entronca con algunas declaraciones que ha hecho a lo largo de la campaña electoral, en las que había abierto claramente la puerta a no reconocer el resultado en caso de ser derrotado, tal y como ha acabado ocurriendo. En sus discursos, se mostraba muy crítico con el sistema de votación que tiene el país brasileño desde el año 1996, el mismo sistema que el año 2018 le permitió acceder a la presidencia.

Con los resultados de este domingo, Lula da Silva asumirá un tercer mandato como jefe de Estado de Brasil, después de haber gobernado entre los años 2003 y 2010. Está previsto que tome posesión del cargo el 1 de enero de 2023. Durante las legislaturas que mandó, la popularidad del candidato progresista a su país llegó a romper todos los récords, alcanzando en las encuestas el 87%. En el 2016 fue detenido en el marco de la operación anticorrupción Lava Jato, vinculado con sobornos a políticos y empresarios. Se le acusaba de haber recibido hasta 8 millones de dólares y la justicia lo condenó a 12 años de prisión por corrupción pasiva y blanqueo de dinero. En el 2018, todavía seguía líder en las encuestas, pero la privación de libertad le impidió concurrir a los comicios. El año 2019, la justicia lo declaró inocente de una de las diez causas en las cuales estaba incriminado y, poco después, su encarcelamiento fue declarado inconstitucional y salió de la prisión, hecho que también permitió su rehabilitación como candidato. Ahora, Lula ya es el nuevo presidente electo del Brasil.