Israel y Jordania han conseguido que este último viernes de Ramadà transcurriera sin ningún incidente significativo, cuando se temía una nueva jornada de tensión coincidiendo con la jornada santa del islam. A diferencia del viernes pasado, cuando terroristas árabes asesinaron a dos hermanas judías en el Valle del Jordán y a un turista italiano en Tel-Aviv y se produjeron enfrentamientos en la mezquita de Al Aqsa, una semana después la jornada ha transcurrido con relativa normalidad. Desde hace días han existido conversaciones discretas entre el ejecutivo israelí y las autoridades religiosas del Waqf jordano, para evitar que este viernes se dispararan los incidentes. Según los acuerdos después de la guerra de los Seis Días, la seguridad en el Monte del Templo (para los judíos) o explanada de las mezquitas (para los musulmanes) corresponde a la policía israelí, mientras que la regulación de las prácticas religiosas corresponde al Wapf musulmán.

Según la agencia alemana DPA, más de 100.000 musulmanes han asistido a la explanada a la oración del viernes. Este era el último viernes del Ramadán, el mes de ayuno musulmán, que empezó hace unas tres semanas y que se prevé que finalice el próximo jueves. Israel permitió la entrada de 90.000 musulmanes que venían de Cisjordania (Judea y Samaria para los judíos) con el requisito de que fueran hombres más mayores de 55 años y mujeres de cualquier edad. Un portavoz de la policía en Jerusalén ha indicado que más de 2.000 agentes "han asegurado la seguridad de todos los fieles y han mantenido el orden en la ciudad". El único incidente ha sido la detención de 8 personas por ondear banderas de grupos terroristas después de la oración, lo que está prohibido en la plaza. Simpatizantes del grupo terrorista Hamás, que controla Gaza, desplegaron una pancarta durante el servicio religioso, pero la policía israelí decidió no entrar para confiscarla, a diferencia de lo que habría hecho habitualmente.

Como medida de distensión, el gobierno israelí accedió a prohibir a los judíos visitar el Monte del Templo durante los últimos 10 días del Ramadán, aunque según los acuerdos tienen derecho a ello. El primer ministro Benjamin Netanyahu tomó la decisión, a pesar de las críticas públicas del ministro de Seguridad Nacional, Ben-Gvir, que no quiere hacer ningún tipo de pacto con los árabes. Este año ha coincidido el Ramadán con la Pascua judía, que siempre coincide con la Pascua cristiana, en una suma muy delicada. Este viernes además los musulmanes chiíes celebraban el día de Jerusalén (Al Quds en árabe), en Irán, Siria, el Líbano y otros lugares.

Por otra parte, el servicio de emergencia Media Luna Roja ha informado de que se han producido a 10 heridos en la Puerta de los Leones de la Ciudad Antigua cuando se ha desatado una estampida de fieles musulmanes. Tres han sido trasladados al hospital.