Un tribunal revolucionario iraní ha condenado este domingo a las periodistas Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi, que desvelaron el caso de Mahsa Amini, a siete y seis años de cárcel respectivamente por cooperación con el Gobierno hostil de Estados Unidos, ha informado la agencia Miza, del Poder Judicial. Hamedi fue la primera periodista que informó de la detención y posterior muerte de Amini y Mohammadi cubrió el entierro de la chica de 22 años, donde comenzaron las protestas que sacudieron el país durante meses. Más de 100.000 personas participaron en una manifestación en Saqqez, en Irán, en la tumba de la chica kurda Masha Amini, cuando se cumplieron los 40 días de su muerte a los 22 años, después de ser detenida por la policía por llevar mal puesto el velo islámico. Entre los participantes en la marcha había muchas mujeres, y la gran mayoría no llevaban el velo considerado un símbolo machista.

Las dos periodistas han sido sentenciadas a cinco años más por colusión contra la seguridad nacional y a otro año entre rejas por difusión de propaganda contra la República Islámica del Irán. Las dos informadoras deberán cumplir la mayor de las penas, es decir, siete años en el caso de Hamedi, y seis en el de Mohammadi, de acuerdo con Mizan. Además, se les prohíbe trabajar para medios de comunicación, la afiliación a partidos políticos y el uso de redes sociales durante dos años. Tienen 20 días para apelar la decisión judicial ante un tribunal superior.

Juicio a puerta cerrada

Ambas informadoras fueron arrestadas en septiembre y han pasado buena parte de su detención en confinamiento solitario, según denunciaron sus familias. Los juicios contra las dos periodistas comenzaron a finales de mayo a puerta cerrada y solo se les permitió reunirse con sus abogados el día antes. Hamedi publicó una foto de Amini en el hospital, cuando se encontraba en coma y entubada, y días después hizo pública otra imagen de los padres de la joven abrazados en el pasillo del hospital al conocer la muerte de su hija. Mohammadi cubrió el entierro de Amini en su ciudad de Saqez, en el Kurdistán, donde comenzaron las protestas y se quemaron los primeros pañuelos el 17 de septiembre.

Casi un centenar de periodistas y fotógrafos fueron detenidos por realizar su trabajo durante las movilizaciones en Irán, de acuerdo con el Comité para la Protección de Periodistas, de los que 80 informadores han sido puestos en libertad bajo fianza. La muerte de Amini provocó fuertes protestas que durante meses pidieron el fin de la República Islámica y solo desaparecieron tras una represión que causó 500 muertos, la detención de al menos 22.000 personas y en las que fueron ejecutados siete manifestantes, uno de ellos en público. El primer aniversario de la muerte de Amini se conmemoró el 16 de septiembre en medio de una fuerte represión y un enorme despliegue de fuerzas de seguridad, y solo se produjeron tímidas protestas.