Un tribunal revolucionario iraní ha condenado a muerte este miércoles al rapero Tomaj Salehi por sedición, propaganda contra el sistema e incitación a los disturbios durante las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini, la joven detenida por llevar mal puesto el velo, ha informado su abogado Amir Raesian a medios locales. La sala primera del Tribunal Revolucionario de Isfahan "ha condenado Tomaj Salehi al castigo más duro, a muerte, por el cargo de corrupción a la tierra", ha informado Amir Raeisian, abogado del músico, en el diario reformista Shargh.

El abogado ha explicado que el tribunal ha considerado las acusaciones de sedición, colusión contra el sistema, propaganda contra el sistema e incitación a los disturbios que pesaban contra Salehi como ejemplos de "corrupción a la tierra" por lo cual dictó la pena de muerte contra el músico. El cargo de corrupción a la tierra engloba una serie de delitos contra la seguridad pública y la moral islámica. Raeisian ha calificado la sentencia de "sin precedentes" y ha anunciado que apelará la decisión.

Condenado por dar apoyo a las protestas

Salehi fue arrestado a finales de octubre del 2022 y acusado de "corrupción a la tierra" para dar apoyo a las protestas desencadenadas por la muerte el 16 de septiembre de aquel año de Mahsa Amini después de ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico. Un tribunal revolucionario condenó en julio del 2023 Salehi a seis años y tres meses de prisión, pena que fue rechazada en la apelación por el Tribunal Supremo, que devolvió el caso a una corte inferior para que volviera a estudiar el caso.

En noviembre de 2023 fue puesto en libertad debajo fianza, pero fue arrestado de nuevo solo once días después. El rapero y disidente, conocido por su nombre de pila -Tomaj-, ya se ha enfrentado a las autoridades en el pasado y fue condenado a seis meses de prisión y una multa en enero del 2022 por "provocar la violencia y la insurrección", aunque la pena de prisión fue suspendida.

El también cantante Shervin Hajipour fue condenado a tres años y ocho meses de prisión por "propaganda contra el sistema e incitación a los disturbios" por su canción Baraye, que se convirtió en el himno de las protestas.

La muerte de Amini provocó fuertes protestas que durante meses pidieron el fin de la República Islámica y solo desaparecieron después de una represión que causó 500 muertos y la detención de al menos 22.000 personas. Ocho manifestantes fueron ejecutados en público. Muchas mujeres dejaron de usar el velo después de las protestas como gesto de desobediencia civil y ahora las autoridades han vuelto a sacar a las calles a la llamada Policía de la Moral para reimponer el uso de la pieza islámica.