Los incendios que destrozaron el campo de refugiados de Mòria, en la isla griega de Lesbos, se vuelven a repetir dos días después. La situación ya era insostenible, se acentuó con la pandemia y los últimos incendios han dejado sin nada además de 12.000 personas. Varios incendios han estallado de nuevo este mediodía entre las pocas zonas que todavía quedaban sin destruir. Según informa la televisión pública griega YERTO, los incendios se han producido en el olivar que rodea las instalaciones y está quemando las pocas carpas que quedaban.

A lo largo de toda la mañana varios focos cargados de llamas han sido sofocados. En las carreteras que rodean el campo, más de 12.000 personas esperan que lleguen nuevas carpas o sean trasladadas a los tres barcos prometidos por el gobierno griego para albergar el mes vulnerables. En paralelo, vecinos de la isla griega han bloqueado la carretera de acceso al campo en el punto por el cual tienen que entrar los vehículos militares y la maquinaria para preparar el terreno para las nuevas carpas.

El gobernador de la región del Egeo Septentrional, Konstantinos Mutzuris, ha afirmado hoy que la población local estaría dispuesta a aceptar un centro de registro en el cual los refugiados que llegan a Lesbos pasen una noche o dos, pero no una estructura cerrada con miles de personas: "En Lesbos es casi imposible crear otra estructura porque la población ha estado sufriendo durante demasiado tiempo y tiene miedo". El portavoz de Gobierno griego, Stelios Petsas, aseguró que las primeras personas podrán pernoctar hoy mismo bajo techo pero reconoció que la operación tardará días, a la vista de la magnitud del desastre.

El campo llevaba una semana en cuarentena después de la aparición de un primer caso de coronavirus en un refugiado somalí y la detección posterior de 35 personas que habían entrado en contacto con él. El incendio estalló precisamente después de que las autoridades comunicaran a estas personas que tenían que estar aisladas, una circunstancia que el gobierno griego considera como una prueba que fue intencionado. Petsas ha recalcado que los autores de los incendios pensaban que de esta manera podrían provocar su salida de la isla, pero "no se irán", excepto los menores no acompañados que ya han salido, ha añadido.