Los inmigrantes detenidos en el Centro Federal de Detención de Miami y del Centro de Procesamiento Krome pasan los días esperando su deportación en un ambiente de humillaciones y degradaciones constantes, según relata un reciente informe elaborado por Human Rights Watch (HRW) y dos organizaciones humanitarias más. El documento, publicado este lunes, narra algunas de las realidades que se viven diariamente dentro de estos dos centros ubicados en Florida, muy cerca del polémico "Alligator Alcatraz": hacinamiento, insalubridad y falta de acceso a atención médica. Las informaciones se sustentan en entrevistas a personas detenidas o que habían pasado por el centro, además de familiares de los afectados y abogados.

La radical política migratoria de Donald Trump, quien ha prometido llevar a cabo una deportación masiva de inmigrantes indocumentados, ha generado un aumento significativo en el número de detenidos, que quedan a la espera de la orden de deportación. En muchos casos, esta tarda en llegar a causa de los constantes intentos de la justicia federal para frenar la aplicación de los deseos migratorios de Trump. Actualmente, unas 57.000 personas se encuentran bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a la espera de ser expulsados, la mayoría de las cuales no tiene condenas penales graves. HRW también reporta que la cantidad de detenidos se ha duplicado en comparación con el año anterior, alcanzando el nivel más alto en la historia del país. Concretamente, desde el retorno de Trump en la Casa Blanca, la población detenida ha crecido en un 111% en los tres centros de detención ubicados en Florida, entre los cuales se encuentra también "Alligator Alcatraz".

Hacinamiento, humillaciones e insalubridad

Dos inmigrantes entrevistados por HRW describen como humillante el trato que recibieron durante su estancia en el Centro Federal de Detención de Miami. Según explican, vivían amontonados en una celda junto con decenas de hombres, y a veces se les negaba alguna comida. Por otra parte, en más de una ocasión se les obligó a comer mientras tenían las manos atadas a la espalda, situación que les hizo sentir como animales. Según la organización humanitaria, este comportamiento es bastante común entre los agentes del ICE y los guardias de seguridad de empresas privadas que trabajan en los centros de detención.

Con respecto al Centro de Procesamiento Krome, los entrevistados relatan que, a causa del hacinamiento, tenían que dormir sobre un suelo frío de cemento, sin ropa de cama y sin acceso a higiene básica. Uno de los detenidos denuncia que se le negó el acceso a agua y jabón durante 20 días consecutivos, mientras que otro explica cómo se pisaban entre ellos constantemente a causa de la falta de espacio. Para acabar de empeorar la atmósfera de insalubridad, el informe señala que, a causa de la casi inexistente atención médica, muchos de los detenidos que sufrían enfermedades crónicas como diabetes, asma y VIH veían gravemente perjudicado su estado de salud. Al menos dos muertes podrían estar vinculadas con negligencias médicas, denuncia HRW.

Violación de los estándares internacionales

La conclusión de los investigadores no deja demasiado lugar a dudas: las condiciones en que viven los detenidos en los centros de Miami y Krome constituyen flagrantes violaciones de los estándares internacionales y de las normas existentes en EE.UU. en materia de detenciones migratorias. El organismo advierte que la hostil y agresiva política de Trump provocará un aumento en el número de migrantes detenidos, la mayoría de los cuales serán enviados a unas instalaciones que ya en estos momentos carecen de capacidad para alojar a más gente.

Las informaciones reveladas por HRW llegan semanas después de que Donald Trump inaugurara la controvertida prisión conocida como "Alligator Alcatraz", situada en una zona pantanosa de los Everglades poblada por cocodrilos, pitones y mosquitos portadores de enfermedades. El centro, que fue construido en tiempo récord, también ha recibido críticas por parte de activistas y defensores de los inmigrantes, que acusan a Trump de haber diseñado una instalación "para infligir sufrimiento". Los detenidos, según las denuncias de los activistas, duermen en pequeñas cápsulas donde se acumulan las aguas residuales, lo que provoca "jaulas inundadas de excrementos". De momento, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ya ha solicitado la repatriación de 14 ciudadanos mexicanos detenidos en el polémico centro.

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