La frontera sur de los Estados Unidos sigue teniendo el mismo problema ahora, que con la administración de Donald Trump: la llegada masiva de inmigrantes. Aunque la campaña del actual presidente Joe Biden, apoyado por una imagen de multiculturalidad y solidaridad al lado de Kamala Harris, prometía un cambio en el trato hacia estas personas, la realidad no cambiar.

Desde el Rio, en Tejas, se han repetido las persecuciones de su policía a caballo insultante los inmigrantes, se escuchaban gritos cómo "sería" o "volvéis a México" y los daban golpes con látigos de madera a todos aquellos que intentaban cruzar el río. A través de twitter, las imágenes se multiplican.

Desde la administración americana, aseguran que investigarán los agentes fronterizos pero el malestar va en aumento. El gobernador de Tejas, Greg Abbott, pide que Biden declare la zona de emergencia delante de 13.000 inmigrantes retenidos que llevan semanas pidiendo asilo. La mayoría de ellos son haitianos y las repatriaciones se multiplican. Ayer, se llenaron seis aviones con muchos de ellos que fueron devueltos a su país de origen. La agresividad de muchos agentes ha "horrorizado" los mismos jefes visibles de la policía americana pero todavía no se ha tomado una determinación y, de momento, tan sólo son palabras.

En paralelo, las autoridades de Panamá y Costa Rica arrestaron este martes en una operación conjunta además de 40 personas, nacionales de ambos países, acusadas de integrar una red de tráfico de migrantes procedentes de varios países del mundo y con destino a los Estados Unidos. Estas detenciones, más de una veintena de personas en cada país, fueron el producto de "más de un año de trabajo" de seguimiento, afirmó el director del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá, Oriel Ortega.

Por otra parte, la incidencia de la administración local también tiene mucha fuerza. Las políticas conservadoras de Abbott, en contra de la inmigración, son uno de sus sellos de identidad. También, a modo de ejemplo, ha promulgado un proyecto de ley que añade más límites y endurece las sanciones penales para el uso de medicamentos que inducen el aborto. En su petición en Biden por la cuestión migratoria, Abbott explica que las familias detenidas aquí, incluyendo a los bebés y los niños, "necesitan alimentos, agua y suministros médicos que el Gobierno local no puede suministrar".

El terremoto de Haití

Estados Unidos había suspendido las expulsiones de migrantes haitianos en situación irregular después del terremoto que destrozó buena parte del país caribeño el 14 de agosto, pero la concentración en pocos días de todos ellos, la mayoría haitianos, bajo un puente en Tejas llevó a cambiar las pautas. En menos de dos horas, tres vuelos salieron de Tejas y aterrizaron en el aeropuerto de Puerto Príncipe el domingo pasado, una afluencia inédita que resultó un desafío para las autoridades aeroportuarias haitianas. Desde entonces, los aviones se suceden. Además, muchos de los expulsados son menores de 5 años.

Desde la ONU, ayer lanzaron un claro aviso a Biden: "Está incumpliendo las normas internacionales con la expulsión masiva de los haitianos que en los últimos días cruzaron miles la frontera desde México y ahora se encuentran acampando bajo un puente internacional en la localidad de El Río, ubicada a al sur de Tejas y fronteriza con Ciutat Acuña, del lado mexicano".