Francia vive semanas de intenso debate político y de creciente tensión social, que podría acabar de explotar en toda su magnitud a partir del próximo lunes. Este 8 de septiembre, el primer ministro François Bayrou corre el riesgo de perder en el parlamento una cuestión de confianza crucial. Esta iniciativa puede abrir la puerta a la caída del gobierno, a atrasos en el plan presupuestario (que contempla un paquete de importantes recortes) e incluso a unas elecciones anticipadas. Bayrou fue nombrado primer ministro por el presidente Emmanuel Macron el pasado mes de diciembre, pero su gobierno no ha logrado acabar con la inestabilidad política, y mantiene un equilibrio muy frágil.

A día de hoy, la mayoría de pronósticos apuntan a que Bayrou perderá la cuestión de confianza y Francia se verá abocada a un periodo de incertidumbre política. Esta cuestión se ha planteado con un plan de control de las finanzas públicas en el centro, que implica la reducción del déficit, con la voluntad de pasar del 5,8% del año pasado a menos del 4,6% del próximo. En un país como Francia, este planteamiento levanta enormes suspicacias, y desde muchos sectores se amenaza con hacerle la vida imposible al gobierno si ejecuta recortes y concreta nuevas medidas fiscales.

La aritmética, en contra de Bayrou

En estos momentos, la aritmética no juega a favor de Bayrou, teniendo en cuenta que el bloque en contra de su plan de control de las finanzas obtiene mayoría absoluta con la suma de la izquierda (192 escaños), Reagrupamiento Nacional y sus aliados (138) y el grupo Libertés, Indépendants, Outre-Mer et Territoires (LIOT) (23), frente a los 210 diputados con los que podría contar el primer ministro. Bayrou también ha perdido el apoyo tácito que meses atrás le permitió sobrevivir a varias mociones de censura: la abstención de Marine Le Pen o de los socialistas.

Las opciones que tiene Macron son diversas. Una de ellas sería el nombramiento de un nuevo primer ministro y, en este escenario, uno de los nombres que más suena es el de Sébastien Lecornu, actual ministro de Defensa y próximo al presidente. Aparte de este nombre, también suenan los de Gérald Darmanin, ministro de Justicia, Yaël Braun-Pivet (presidenta de la Asamblea Nacional) y Agnès Pannier-Runacher (ministra de Transición Ecológica), todos próximos a Macron. El presidente también podría dar un giro de alianzas e intentar formar un gobierno de coalición con los socialistas. Esta opción obligaría a Macron a hacer concesiones: revertir parcialmente la reforma de las pensiones o elevar la fiscalidad sobre las rentas más altas, explica el investigador en política exterior del Real Instituto Elcano Pablo del Amo. Las elecciones anticipadas también podrían ser una opción, pero los analistas creen que el objetivo de Macron es seguir en el poder hasta 2027, navegando entre la inestabilidad política.

Este convulso escenario político se puede ver todavía más enrarecido la próxima semana, una vez que empiece, a partir del 10 de septiembre, la protesta masiva surgida en las redes #bloquonstout, que busca paralizar al país ante un horizonte de recortes.