Donald Trump ha normalizado los insultos hacia las periodistas, mujeres, que hacen preguntas que no le gustan. El presidente de los Estados Unidos ha vuelto a faltar al respeto a una profesional que le preguntó por qué culpaba a su predecesor, Joe Biden, y a sus políticas migratorias, del ataque de un afgano este miércoles en Washington, por el cual ha muerto una soldado de la Guardia Nacional, Sara Beckstrom, y dejó a otro, Andrew Wolfe, en estado crítico. A Trump no le gustó que la periodista preguntara por qué culpaba a Biden cuando algunos miembros de su propia administración habían dicho que los afganos reasentados habían sido sometidos a un proceso de revisión de antecedentes exhaustivo. Porque los dejaron entrar (a los afganos). ¿Eres estúpida? ¿Eres una persona estúpida? Porque vinieron en un avión junto con miles de otras personas que no deberían estar aquí, y tú solo estás haciendo preguntas porque eres una persona estúpida", respondió el mandatario, mientras mostraba una foto de un avión militar estadounidense lleno de personas que huían mientras las autoridades talibanas retomaban el poder, una imagen que publicó en sus redes sociales y que replicó la cuenta de la Casa Blanca, que posteriormente también compartió el vídeo del intercambio en su cuenta @RapidResponse47, etiquetándolo como parte de las fake news, pero sin identificar a la reportera, cuyo nombre no ha trascendido.
“Esto es parte del horrible puente aéreo desde Afganistán. Cientos de miles de personas se vertieron en nuestro país totalmente sin verificar y sin control. ¡Lo arreglaremos, pero nunca olvidaremos lo que el corrupto Joe Biden y sus matones le hicieron a nuestro país!” - Presidente Donald J. Trump pic.twitter.com/vAkEyrIo4o
— The White House (@WhiteHouse) November 28, 2025
NOTICIAS FALSAS: "¿Por qué culpa a la Administración Biden?"@POTUS: "¡Porque lo dejaron! ¿Eres estúpido? ¿Eres una persona estúpida? Porque llegaron en un avión, junto con miles de otras personas que NO DEBERÍAN ESTAR AQUÍ."
— Rapid Response 47 (@RapidResponse47) November 28, 2025
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La reportera de "pacotilla" del NYT
En la Casa Blanca de Trump, llueve sobre mojado, porque no es la primera vez que el presidente convierte en noticia un agravio contra una periodista mujer. La sucesión de acontecimientos muestran un patrón misógino contra las informadoras. Sin ir más lejos, el pasado miércoles le dijo a Katie Rogers, la corresponsal del New York Times, que era "una reportera de pacotilla, fea por dentro y por fuera" por publicar un artículo en el que hablaba sobre los signos de fatiga que estaba mostrando el presidente y la supuesta disminución de energía que tenía a causa de la edad. La periodista publicó el artículo junto con Dylan Freedman, un compañero al que Trump no mencionó, y, en cambio, cargó contra Rogers, de la que aseguró que su única función dentro del diario es "escribir cosas malas" sobre él, y también contra el medio, al que calificó de "asquerosos" y "lunáticos de izquierda radical", y de ser un "diario en extinción", negando rotundamente cualquier pérdida de energía. "Los hechos demuestran exactamente lo contrario", afirmó. El informe del NYT comparaba las agendas de Trump en su segundo mandato con las del primero, observando menos tiempo público e indicios ocasionales de desgaste físico, como en una resonancia magnética de octubre. El rotativo neoyorquino defendió a Rogers de los ataques del presidente: "Los informes son precisos y basados en hechos; los insultos no cambian eso ni intimidan a nuestros periodistas".
Trump responde a un informe detallado sobre su menguante energía y propensión a dormirse durante eventos ante las cámaras llamando fea a Katie Rogers del New York Times pic.twitter.com/DReu5zVmOX
— Aaron Rupar (@atrupar) November 26, 2025
La Casa Blanca la defiende
La Casa Blanca justificó los comentarios como “transparencia” y baja confianza en los medios, negando cualquier sesgo de género. La portavoz Abigail Jackson abordó el comentario de “fea” de Trump en un comunicado: “El presidente Trump nunca ha sido políticamente correcto, nunca se contiene y, en gran parte, el pueblo estadounidense lo reeligió por su transparencia”. “Esto no tiene nada que ver con el género”, continuó Jackson. “Tiene todo que ver con el hecho de que la confianza del presidente y del público en los medios está en mínimos históricos”.
El presidente republicano no encaja bien las críticas, pero cuando vienen de una mujer, menos aún. La semana anterior, el republicano le pidió silencio a otro periodista. Le dijo "Quiet. Quiet, piggy" (silencio, silencio cerdita), a Catherine Lucey, reportera de Bloomberg, que le preguntó en el avión Air Force One sobre la desclasificación de los archivos del financiero pederasta Jeffrey Epstein. La reacción del presidente también motivó que la agencia saliera en defensa de su reportera y de los periodistas que cubren la información de la Casa Blanca, y aseguró que, a pesar de las faltas de respeto de Trump, “prestan un servicio público esencial, formulando preguntas sin miedo ni favoritismos". Críticos como Jake Tapper, de la CNN calificó el comentario de “repugnante y completamente inaceptable” en las redes sociales. Nicholas Kristof, del New York Times, lo describió como un “desprecio misógino que avergüenza a la presidencia”. McKay Coppins de The Atlantic comparó el comportamiento de Trump con el de un niño de primaria intolerable.
Condenas de la Sociedad de Periodistas Profesionales
Este mes, Trump también cargó contra Mary Bruce, corresponsal de la Casa Blanca de ABC News, durante una reunión en el Despacho Oval con el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman. Esto ocurrió después de una pregunta de Bruce sobre la relación de Trump con Jeffrey Epstein y el asesinato de Jamal Khashoggi, a lo que Trump respondió: “No es la pregunta lo que me enfada. Es tu actitud... Eres una persona terrible y una periodista terrible”. La Sociedad de Periodistas Profesionales condenó los ataques a Bruce y Lucey como “parte de un patrón inequívoco de hostilidad a menudo dirigida a las mujeres”, que “socava el papel esencial de una prensa libre e independiente”. La directora ejecutiva Caroline Hendrie expresó que hacer preguntas difíciles sobre temas serios, como el asesinato de un colega periodista, no es vergonzoso, mientras que lo que es realmente vergonzoso es que un dirigente intente silenciar estas preguntas con insultos y descalificaciones.
El mes de noviembre ha sido especialmente crítico para Trump, pero el presidente tiene un largo historial en cuanto a sus ataques sexistas contra mujeres de los medios de comunicación, destacando insultos personales en el pasado que degradan su apariencia o inteligencia en respuesta a preguntas críticas. En 2015, durante su primera campaña presidencial, Trump degradó a la periodista Megyn Kelly, de Fox News, que había cuestionado los comentarios pasados del presidente llamando “cerdas gordas” y “zorras” a algunas mujeres. Trump replicó en una entrevista posterior: “Se le podía ver sangre saliendo de sus ojos, de donde fuera”, interpretado como una alusión a la menstruación, lo que generó acusaciones de sexismo y llevó a Fox News -un medio claramente trumpista- a defenderla públicamente.
Un largo historial
En 2020, en una rueda de prensa sobre la Covid-19, Trump interrumpió repetidamente a la periodista Yamiche Alcindor, de la Public Broadcasting Service (PBS), una red de televisión pública sin ánimo de lucro de los Estados Unidos, cuando preguntó sobre extremistas blancos. Trump también la acusó de ser una “periodista terrible”, en un tenso intercambio de reproches que resaltó su hostilidad hacia las reporteras afroamericanas. En 2006, el presidente también insultó a la periodista televisiva Rosie O'Donnell, a la que le dijo que era una "fat pig" (cerda gorda), la llamó "fea, gorda y poco atractiva” y "mujer fuera de control", amenazando de emprender acciones legales contra ella y de sacar dinero de sus “bolsillos grasos”. El motivo de la disputa eran las críticas públicas de O'Donnell a su programa The View, donde lo llamó “vendedor de aceite de serpiente” por su decisión de ser indulgente con una Miss USA acusada de drogas y por sus infidelidades y fallidas empresariales. O’Donnell lo imitó con un peinado tipo tupé, juzgando candidatas de belleza y cuestionando su estatus de “hombre hecho a sí mismo”. La enemistad se prolongó casi dos décadas con intercambios en las redes: Trump la llamó “amenaza para la humanidad” en 2025 y amenazó con revocarle la ciudadanía tras su mudanza a Irlanda, mientras ella lo tildaba de “criminal, abusador sexual y loco con demencia”.
ÚLTIMA HORA: Trump amenaza con quitarle la ciudadanía a Rosie O’Donnell. Rosie nació en el estado de Nueva York. Ha sido ciudadana estadounidense desde su nacimiento. pic.twitter.com/OQ6tBAVYvS
— Trump Lie Tracker (Commentary Account) (@MAGALieTracker) July 12, 2025