Un primer equipo de diez médicos extranjeros de la Media Luna Roja ha entrado hoy en la Franja de Gaza por el paso egipcio de Rafah, junto con un convoy de diez camiones cargados con ayuda humanitaria (agua, alimentos y medicinas) según ha confirmado el portavoz palestino Wael Abu Omar en un comunicado. Con esta nueva entrada de ayuda humanitaria son ya 84 camiones, en seis tandas diferentes, los que han accedido al enclave palestino asediado, a través de la frontera con Egipto, desde que Israel permitió la entrada temporal de ayuda humanitaria a Gaza el sábado pasado. Una ayuda que no incluye combustible, ya que Israel no lo permite por si este va a parar en las armas del grupo paramilitar islamista Hamás.

A estas alturas se está negociando en detalle con Israel con el fin de asegurar más diligencias humanitarias en el enclave palestino asediado por Israel, según ha explicado la coordinadora humanitaria de la ONU para el territorio palestino, Lynn Hastings. "Además de los problemas técnicos y de seguridad, también hay problemas políticos", ha asegurado Hastings, que señala que "hay una cierta presión sobre el gobierno de Israel con respecto a su política interna". A su vez, la alto cargo de la ONU apunta que todavía no hay acuerdo para introducir combustible en Gaza. Los representantes de Naciones Unidas también están valorando cómo distribuir la escasa ayuda. "Somos conscientes de los 1.000 pacientes que requieren diálisis y más de 100 niños y bebés que se encuentran en incubadoras, así que hacemos todo el posible para intentar que la priorización sea de acuerdo con las necesidades más urgentes," ha afirmado Hastings.

Sin combustible

La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ya ha dicho en numerosas que la ausencia de combustible ponía en peligro las operaciones humanitarias en Gaza. Aseguran que se verán obligados a detener parte de sus operaciones: "Sin combustible, no habrá agua, no habrá hospitales ni panaderías en funcionamiento. Sin combustible, la ayuda no llegará a aquellos que lo necesitan desesperadamente. Sin combustible, no habrá ayuda humanitaria. Ningún combustible estrangulará todavía más a los niños, las mujeres y la gente de Gaza," ya advirtió esta semana al director general del UNRWA, Philippe Lazzarini. En respuesta al llamamiento de Naciones Unidas, el Ejército israelí publicó una imagen aérea de lo que dicen que son tanques de combustible dentro de la Franja de Gaza. "Contienen más de 500.000 litros de combustible", aseguran, "preguntáis a Hamás si podéis coger un poco".

Más de 600.000 desplazados y de 7.000 muertos

Dentro de Gaza la situación es límite. Tres semanas después del nuevo avivamiento del conflicto en la Franja, ya ha habido cerca de 600.000 desplazados internos en Gaza, que huyen de las ofensivas israelíes, con bombardeos constantes sobre población civil. Según la Oficina de Información del Gobierno de Gaza hay más de 7.000 gazatíes muertos por la ofensiva armada israelí sobre la Franja desde el 7 de octubre, cuando Hamás lanzó un ataque sorpresa en Israel que dejó a más de 1.400 muertos y 229 rehenes, e hizo reestallar la guerra.

Según el URWA, los refugios habilitados se encuentran por término medio con un aforo 2,7 veces superior a su capacidad, con las personas "amontonadas", dicen, en algunos casos con refugios acogiendo 12 veces a más personas de las que están diseñados para acoger. Este hacinamiento, explican, "restringen gravemente el acceso a la asistencia básica y a los servicios esenciales". En la base de Rafah, explican, hay 400 personas compartiendo un mismo lavabo, y en las zonas de atención primaria sanitaria se han atendido hasta 4.198 personas en un mismo día. Según las evaluaciones de salud de los equipos médicos de Naciones Unidas, hay 37.000 personas enfermas, unas 4.600 mujeres embarazadas y unos 380 casos postnatales que requieren atención sanitaria. Para atender estas demandas sanitarias, dice la ONU, las existencias de medicamentos están disminuyendo "de manera crítica".