Inverlair Lodge, una casa señorial situada en un lugar remoto de las Tierras Altas de Escocia, ha salido recientemente al mercado inmobiliario por un precio de más de 1,35 millones de libras esterlinas (aproximadamente 1,59 millones de euros). A pesar de su apariencia actual como acogedora residencia familiar, esta finca esconde un pasado marcado por el secretismo y la guerra.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la casa fue requisada por el gobierno británico y asignada al Special Operations Executive (SOE), una organización secreta creada por el primer ministro Winston Churchill con el objetivo de llevar a cabo espionaje, sabotaje y apoyo a la resistencia en los territorios ocupados por los nazis. En este contexto, Inverlair Lodge fue transformada en un centro especial conocido con el nombre en clave de "Number 6 Special Workshop School".

Su función era singular: alojar agentes secretos extranjeros que, después de haber superado el entrenamiento básico, habían resultado no aptos para ser desplegados. Se trataba de personas que, por varios motivos —psicológicos, de lealtad u otras circunstancias—, no podían participar en misiones activas, pero que al mismo tiempo tenían información altamente sensible. Según el comandante del lugar, Alfred Fyffe, estos individuos no estaban encarcelados, pero sí vigilados, ya que si hubieran sido liberados podrían haber revelado datos comprometidos para la seguridad del Reino Unido.

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Fyffe, que estuvo al frente del centro durante tres años, explicó su experiencia en una entrevista concedida al Imperial War Museum el año 2002. Describió la convivencia de estos agentes de varias nacionalidades como un "experimento" y recibió órdenes de mantenerlos entretenidos y bajo control. Para hacerlo, les hacía recoger chatarra metálica por el campo o reparar botas, e incluso reconvirtió una despensa en celda de aislamiento para posibles conflictos.

Cuando Fyffe asumió el mando, solo había tres agentes alojados, entre ellos un ingeniero italiano que había sido teniente de Benito Mussolini, pero que había roto con el régimen fascista y colaboraba con los comunistas franceses. A pesar de algunos incidentes puntuales, como un holandés que agredió a un compañero y causó destrozos, Fyffe asegura que nunca tuvo problemas serios.

Una anécdota curiosa es que Rudolf Hess, una de las figuras más destacadas del nazismo, fue retenido brevemente en Inverlair después de su famoso vuelo a Escocia el año 1941, cuando intentó negociar la paz con el Reino Unido. Aunque Fyffe no lo menciona, la información ha sido corroborada por otras fuentes.

Con el fin de la guerra, el SOE fue disuelto y la casa quedó abandonada hasta que fue renovada durante los años 70. Hoy, Inverlair Lodge es una residencia moderna y confortable, con seis dormitorios, cuatro salas de estar, estufas de leña, una cocina viva con isla amarilla, una casa anexa de dos habitaciones y más de 30 acres de terreno. A pesar de su apariencia tranquila, la casa conserva una historia fascinante, testimonio de una época de conspiraciones, espías y misiones secretas en plena guerra mundial.