Unos asaltantes enmascarados emboscaron y atacaron a la reconocida periodista de investigación rusa Yelena Milashina en la provincia rusa de Chechenia. Milashina no estaba sola en el momento del ataque, le acompañaba al abogado Alexánder Nemov. Ambos se dirigían al juicio de Zarema Musayeva, madre de dos activistas locales perseguidos por las autoridades chechenas. Según expone The Guardian, el ataque a la periodista y el abogado es el más cruel y descarado a defensores de los derechos humanos de la memoria reciente de Chechenia. Sin embargo, el mismo diario británico recuerda que atentados similares en la región hace años que quedan impunes,

El diario independiente en el que trabaja Milashina, Nóvaya Gazeta, ha denunciado los hechos públicamente: "Varios hombres enmascarados les golpearon brutalmente, les arrebataron sus teléfonos, exigieron que los desbloquearan y destrozaron sus equipos y documentos". Desde el medio señalan que la periodista tiene varios dedos rotos, fue rociada con un antiséptico verde y se desmayó varias veces después de la agresión, incluso en el hospital, donde fue trasladada. Por otra parte, las heridas del abogado también son graves, ya que además de los golpes también presenta una herida con arma blanca.

Milashina está especializada en temas de derechos humanos, no vive en Rusia desde febrero de 2022, cuando abandonó el país por amenazas de las autoridades chechenas. Las amenazas que recibía Milashina por su tarea periodística, comparada con la que realizaba la asesinada Anna Politkóvskaya, fueron denunciadas previamente también por Amnistía Internacional.

Denuncias internacionales

La Representante de Libertad de los Medios de Comunicación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Teresa Ribeiro, ha denunciado el ataque a la periodista rusa: "Condeno enérgicamente el brutal ataque, que forma parte de un angustiante patrón de ataques contra Yelena Milashina". En un comunicado ha recordado que la periodista ya había sido agredida físicamente en Chechenia en febrero de 2022, hecho al que sucedieron amenazas de muerte en abril del mismo año y, posteriormente, nuevas intimidaciones y abusos verbales.

Ribeiro ha reiterado que es esencial que los trabajadores de los medios de comunicación puedan ejercer su tarea profesional sin miedo a la violencia o la intimidación. "Espero que las autoridades rusas hagan todo lo que esté en sus manos para llevar a los responsables ante la Justicia, de acuerdo con las declaraciones de varios funcionarios rusos que han pedido medidas de investigación y enjuiciamiento", ha señalado.