Si hasta ahora ha sido difícil prever quién ganará las elecciones para la Casa Blanca el próximo 3 de noviembre, los últimos días lo han hecho todavía más difícil, por los acontecimientos que favorecen al presidente Trump y también por la mejora en la imagen del candidato demócrata Joe Biden. Es porque, por una parte, en el último debate electoral, Trump dio muestras de poder controlarse, mientras que Biden no apareció tan senil como lo hemos visto últimamente.

Entre tanto, las encuestas todavía confunden más, porque la ventaja que Biden llevaba, a menudo de más de 10 o 15 puntos, ha quedado reducida a un par.

Para ponerlo todavía más difícil, los datos económicos no paran de mejorar, lo que tendría que ser un gran empuje para Trump. Los votantes casi siempre votan a favor de quien preside una situación económica favorable y, a pesar de la contracción provocada por la Covid-19, el paro va bajando, las empresas van recuperando trabajadores y beneficios, y la gran mayoría de la gente dice que la economía va bastante bien.

Uno de los grandes beneficiarios de la situación es el mercado inmobiliario, especialmente en las áreas rurales, donde la gente se refugia porque los precios son más bajos y pueden tener mucha más casa por menos dinero, ahora que no tienen que ir al trabajo y que pueden trabajar por internet. Tanto los precios de la construcción como el de los inmuebles va subiendo, con grandes beneficios para ferreterías y empresas de suministro. Los precios de las casas a veces son hoy un 25% más altos que hace un año.

Es difícil, sin embargo, saber si esta situación, que normalmente favorece al presidente que ya ocupa la Casa Blanca, ayudará a mucho a Donald Trump: como mínimo 50 millones de norteamericanos ya han votado, lo que en un país donde la participación electoral es normalmente baja, representa casi la cuarta parte de las votaciones.

En circunstancias normales, son los demócratas los que votan pronto y los republicanos esperan hasta el último momento, pero también en eso las diferencias de este año hacen que todo sea posible: con la pandemia, gente de ambos partidos tiene miedo de las aglomeraciones y también podría ser que los votantes de Trump estén muy motivados y se apresuraran a votar por miedo de un gobierno demócrata.

Finalmente, tenemos un factor de "género", porque las mujeres acostumbran a votar demócrata y son las que menos apoyo dan en Trump, mientras que los hombres son de tendencias más bien republicanas. Parece que las mujeres tienen poca paciencia por el comportamiento de Trump, mientras que los hombres piensan más en el bolsillo y el balance económico antes de la pandemia: sin paro, con sueldos altos y especialmente ganancias para los grupos menos favorecidos, como los inmigrantes y los negros

Aunque el voto negro seguirá en el Partido Demócrata, nadie descarta hoy que haya un apoyo republicano mucho mes grande, en agradecimiento a medidas como la reforma de prisiones y de sentencias. Es especialmente importante para ellos, porque son el grupo que más va a la cárcel y las leyes los castigaban automáticamente con sentencias largas.

Si en estos momentos es difícil prever quién ganará, es muy probable que tampoco lo sepamos al día siguiente de la votación. Entre el tiempo necesario para contar los votos por correo que pueden llegar y ser válidos días después de la fecha electoral, y la probabilidad de que el resultado esté muy igualado, no se puede descartar que pasen semanas hasta saber si tenemos a Trump para cuatro años más o si Biden tomará su sitio. Los mismos candidatos dudan de que los resultados sean lo bastante claros y los dos han contratado equipos jurídicos de prestigio para asegurar que los votos se cuentan correctamente y que la interpretación es la correcta.

De hecho, técnicamente no hay que escoger al presidente hasta el mes de diciembre y, hasta este día, es muy posible que tengamos en funcionamiento dos equipos de transición, lo que dará trabajo a los periodistas pero no ayudará a llevar tranquilidad al país ni a rebajar las tensiones acumuladas por la crisis de la Covid-19 y la campaña electoral.