Media docena de electores y expertos están presionando para repasar la victoria del candidato republicano, Donald Trump, por una mayoría de votos en los denominados 'estados clave' americanos. El argumento que contemplan es que el recuento de votos en Pensilvania, Michigan y Wisconsin ha podido estar alterado por 'hackers'.

Las sospechas serían fundamentalmente sobre el voto electrónico, donde Trump alcanzó una victoria desproporcionada en comparación con los estados que únicamente utilizaban el voto tradicional. Expertos como el director del Centro de Seguridad Informática, Alex Halderman, mantienen que hay "evidencias convincentes" de manipulación de votos.

El martes por la noche, la prestigiosa revista New York Magazine informó que el presidente de campaña de Clinton, John Podesta, y el abogado de campaña, Marc Elias, hablaron con un grupo de informáticos y abogados sobre la posibilidad de que los resultados de estos estados clave pudieran haber sido alterados.

Según informa The Guardian, expertos y abogados estarían preparando un informe que sería entregado la próxima semana a las autoridades federales y presidentes de comisiones con el fin de investigar.

A los expertos no le cuadran las cuentas y han pedido a los integrantes del Partido Demócrata que se unan a su lucha. Clinton ha sido la candidata que ha perdido las elecciones con un margen más amplio de votos populares: obtuvo 64.223.958 votos en comparación con Trump, que obtuvo 62.206.395. También la candidata del partido verde, Jill Stein, le pide a Clinton poner en entredicho los resultados electorales de estos estados: Pennsilvania y Wisconsin son estados tradicionalmente demócratas.

Aunque Clinton no se ha pronunciado se ve poco factible la posibilidad. Necesitaría dos millones de dólares para la revisión electoral. Después de la visita de Podesta y Elias al grupo de informáticos y abogados, vieron que la candidata demócrata recibió, según ellos, un 7% menos de los votos de Wisconsin que utilizan las máquinas electorales en lugar de papeletas o escáneres ópticos.

Las demandas se basarían en una sentencia del Tribunal Supremo de 1952 en el caso Ray-Blair en la que el tribunal dictaminó que los electores pueden ser forzados a prestar juramento para apoyar a un candidato de su partido, pero los jueces dejaron la decisión abierta para tomar una decisión diferente.