El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, entra en la recta final de su periplo judicial para determinar si será extraditado a Estados Unidos (EE.UU.) o si seguirá encarcelado en el Reino Unido, donde se encuentra actualmente. Assange se enfrenta a la posibilidad inminente de ser extraditado a Estados Unidos después de que el Tribunal Superior de Londres examine su último recurso la próxima semana y Kristinn Hrafnsson, actual director de WikiLeaks, ha dejado claro su pesimismo sobre el resultado del juicio, anticipando una "alta probabilidad" que el recurso de Assange sea desestimado y, por lo tanto, acabe siendo extraditado. Este recurso es la última bala de Assange para tratar de evitar su extradición, ya que ha agotado todas las vías que tenía disponibles y ahora será el tribunal londinense quien decida su futuro.

Hrafnsson, en una rueda de prensa desde Ginebra, ha descrito el escenario probable después de la audiencia que tendrá lugar la próxima semana, sugiriendo que los jueces podrían desestimar el recurso y ordenar la extradición de Assange a los Estados Unidos "de manera inmediata". El periodista islandés ha destacado la delicada situación de Assange, especialmente su "precario" estado de salud, con problemas pulmonares crónicos y "riesgo de suicidio a causa de un trastorno depresivo". Desde su detención en la prisión de máxima seguridad de Berlmarsh en el 2019, Assange ha sufrido un grave deterioro en su salud, agravado por las condiciones de detención que incluyen acceso limitado a sus abogados y ser tratado "como un terrorista", según Hrafnsson. El director de WikiLeaks también ha lamentado la falta de apoyo de la comunidad periodística hacia Assange, a quien ha descrito como el "único preso político" y el "único periodista encarcelado" en el Reino Unido.

Denis Masmejan, secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en Suiza, ha elogiado la contribución de Assange al periodismo, destacando su servicio al interés público. Masmejan ha advertido sobre las implicaciones más amplias de la acusación contra Assange, señalando que podría establecer un "peligroso precedente para la libertad de prensa", ya que cualquier periodista podría enfrentar cargos similares para obtener y divulgar información clasificada, tal como hizo el fundador de WikiLeaks. Tanto Hrafnsson como Masmejan han instado la Justicia británica a parar la extradición, argumentando que no tenía ninguna obligación hacia las leyes norteamericanas, ya que en el momento de los presuntos delitos no trabajaba para ninguna agencia nacional ni tenía nacionalidad estadounidense. Con respecto a la asistencia de Assange al juicio, Hrafnsson ha admitido que es incierta a causa de la poca comunicación que pueden tener los abogados con Assange, pero ha indicado que el periodista ya ha expresado en el pasado su interés en hacer acto de presencia en el juicio.