Se agrava la crisis política en el Reino Unido. La ministra de Interior británica, Suella Braverman, ha dimitido este miércoles después de un mes y medio en el cargo, desde la llegada al poder de Liz Truss como primera ministra. Braverman ha explicado en una carta que dimite por haber infringido el código ministerial, después de haber enviado un correo desde su dirección personal a otro parlamentario con contenido de una declaración del ministerio de Interior sobre política migratoria que todavía no se había hecho pública. "Gobernar depende de que las personas acepten la responsabilidad de sus errores", ha afirmado la exministra en una clara crítica a Liz Truss, que pidió perdón por los errores cometidos desde el inicio del mandato, pero que se negó a dimitir.

Braverman muestra "preocupación" por el gobierno de Truss

"He cometido un error, acepto la responsabilidad, dimito", ha afirmado Braverman, que ha explicado que entiende que "como ministra de Interior" ha prometido "cumplir los estándares más altos", y que por este motivo, habiendo cometido un error, considera que "dimitir es el correcto". La ministra prosigue en la carta de renuncia y defiende que "pretender que no se han cometido errores, continuar como si nadie pudiera ver que se han cometido, y esperar que mágicamente las cosas salgan bien" no es hacer política de forma "seria". Una afirmación que insinúa que el gobierno de Liz Truss no es serio y que rehúye sus responsabilidades.

Pero Braverman va más allá, y hace explícita su crítica al gobierno de Liz Truss. Afirma que le "preocupa" la dirección del gobierno porque ha roto "promesas claves" que habían hecho a los votantes y no se ha comprometido con los objetivos del programa electoral del Partido Conservador. Braverman pone de ejemplos algunos elementos de su cartera, que incluían "reducir la migración, detener la migración ilegal", y, en particular, "parar las peligrosas pateras" que intentan cruzar el canal de la manguera.

Grant Shapps, nuevo ministro de Interior

El gobierno británico no ha tardado en encontrar un sustituto para Braverman. Este será Grant Shapps, que fue ministro de Transportes durante el gobierno de Boris Johnson, y que fue destituido por Truss cuando llegó al poder.

Shapps es considerado uno de los mejores comunicadores del gobierno de Johnson, pero su elección sorprende porque no ha sido precisamente favorable a Truss. Durante las primarias del Partido Conservador dio apoyo a su adversario, Rishi Sunak, y ya con Truss en el gobierno, se mostró crítico con el recorte de impuestos que planteaba el plan económico de la primera ministra, que finalmente tuvo que retirar. 

Aumenta la presión a Downing Street

La dimisión de la ministra de Interior llega tan solo cinco días después del cese del ministro de Economía, Kwasi Kwarteng, por parte de Truss, por la polémica causada por su propuesta económica. Fue reemplazado por Jeremy Hunt, que anuló toda la estrategia económica que Truss había pactado con Kwarteng, hecho que hizo perder autoridad a la primera ministra. Este mismo miércoles, en la comparecencia en la Cámara de los comunes, el líder del Partido Laborista, Keir Starmeru, ha preguntado a Truss por qué todavía no había dimitido después de la polémica con el plan económico. Ella ha argumentado que no ha dimitido porque es una "luchadora y no una desertora".

La realidad es que las voces que piden su dimisión son cada vez más numerosas, y las últimas palabras de Braverman no hacen nada más que atizar la polémica al Downing Street. Los conservadores estarían buscando a la persona idónea para sustituir Truss, e incluso sería posible el retorno de Boris Johnson, que según una encuesta interna de los Tories es el candidato favorito". Sea como sea, Liz Truss hoy por hoy no está dispuesta a renunciar, y asegura que acabará la legislatura e incluso se presentará como cabeza de los Tories en las próximas elecciones. Pero de momento, el objetivo de los conservadores es evitar unas elecciones anticipadas, ya que según las últimas encuestas, perderían con una diferencia de 30 puntos respeto los laboristas.