El ejercido de Corea del Sur ha interceptado unos noventa de globos que han sido enviados desde Corea del Norte. No se trata de globo cualquiera que se han escapado inocentemente en el otro lado del paralelo 38, sino que estaban rellenados de desperdicios. Este sería la respuesta de Pyongyang al envío de propaganda contraria al régimen por parte de activistas desde el Sur. El Ejército ha aconsejado a los residentes de las zonas afectadas que no toquen los globos o su contenido y que informen autoridades militares o policiales cuando los encuentren.

Los primeros globos se detectaron el martes a última hora, cuando el Ejército empezó a avistar objetos volantes no identificados en las zonas fronterizas de las provincias surcoreanas de Gyeonggi y Gangwon. Muchos de los globos todavía no han caído, pero los que sí que lo han hecho contienen "basura y suciedad", según las autoridades surcoreanas. Además, desde las fuerzas de seguridad surcoreanas se sospecha que los globos llevan temporizadores incorporados a los globos para hacerlos estallar.

Una respuesta prometida

Hace años que organizaciones de derechos humanos en Corea del Sur han enviado panfletos contrarios al gobierno norcoreano en globos, principalmente dirigidos a posibles desertores. Recientemente, activistas surcoreanos había hecho este tipo de envío y desde el gobierno norcoreano han dicho basta. El domingo pasado, el viceministro de Defensa Nacional norcoreano, Kim Kang-il, publicó un comunicado recogido por la agencia de noticias KCNA en que denunciaba envíos de globos recientes por parte de activistas y aseguró que se respondería con una "acción ojo por ojo".

"Pronto se esparcirán montones de papel usado y desperdicios por las zonas fronterizas y el interior de la República de Corea (nombre oficial del Sur) y así experimentarán directamente cuando esfuerzo se requiere para limpiarlos", se recoge al comunicado del gobierno norcoreano.

Al principio de año, el líder norcoreano, Kim Jong-un, declaró Corea del Sur como principal enemigo nacional y eliminó la meta de la reunificación de la Constitución. Desde entonces el régimen, que hace años que rechaza reanudar el diálogo sobre desarme, ha retirado multitud de elementos simbólicos en el país que exhortaban la necesidad de buscar una reunificación pacífica, cosa que indica un importante giro diplomático que lleva además aparejado un intenso acercamiento a Rusia el último año.