El pasado 12 de junio, un avión de la compañía Air India que salía de Ahmedabad y se dirigía hacia Londres se estrelló un minuto después del despegue, causando la muerte de 241 pasajeros y 19 personas en el suelo. Solo una de las personas a bordo de aquel Boeing 787 sobrevivió. Desde entonces, la información relativa a las causas del accidente ha llegado a cuentagotas, y no ha resultado especialmente reveladora. Un mes después de la tragedia, la realidad sobre cómo y por qué se originó el siniestro todavía es desconocida. Paralelamente, han surgido todo tipo de especulaciones y teorías, muchas de las cuales apuntan directamente a los pilotos de la aeronave como responsables del accidente.

Según los protocolos internacionales, el país que dirige la investigación de un accidente aéreo tiene que emitir un informe preliminar en un plazo de treinta días. Este sábado, la Oficina de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB) de la India publicó el esperado documento: 15 páginas en que se relatan los hechos ocurridos durante aquel trágico 12 de junio, aunque sin establecer ninguna conclusión sobre la causa de la tragedia. La publicación del informe ha generado una gran controversia, especialmente entre los familiares de las víctimas que exigen respuestas.

El control del combustible se alteró "accidentalmente"

Según la versión del AAIB, dos interruptores que regulan el combustible de la aeronave se movieron de posición inesperadamente, hecho que privó los motores de carburante y dejó el avión sin casi fuerza para elevarse. El informe menciona que los motores se reiniciaron poco después, pero ya fue demasiado tarde. El Boeing fue incapaz de recuperar altura, y se estrelló sobre una residencia de médicos próxima al aeropuerto. Los interruptores que teóricamente causaron el accidente tienen una función muy limitada y clara. Únicamente se utilizan para encender y apagar los motores durante el inicio y final de cada vuelo, y es casi imposible moverlos de posición por error, dado que disponen de un mecanismo de seguridad diseñado específicamente para bloquear cualquier despliegue accidental. Alguien, por lo tanto, tendría que haber manipulado el control manualmente, de manera consciente. El informe indica también que uno de los pilotos preguntó al otro "porque cortó la línea", y este, sorprendido, respondió que él no lo había hecho. Sin embargo, el AAIB no ha proporcionado ninguna transcripción directa de esta supuesta conversación —que habría sido captada por el sistema de grabación de la cabina—, de hecho, ni siquiera identifica qué piloto hizo la pregunta y cuál respondió.

Hay que tener presente que el informe que la autoridad aérea india ha decidido hacer público es preliminar. No busca ofrecer una imagen completa de lo que pasó ni resolver todas las cuestiones abiertas; más bien es la primera fase de una larga y tediosa investigación que acostumbra a alargarse meses o incluso años. Entretanto, las teorías no han tardado en surgir, y varios expertos ya valoran la posibilidad de que el accidente fuera causado por una acción llevada a cabo de manera deliberada por parte de uno de los pilotos. La Asociación de Pilotos Comerciales Indios ha sacado pecho y ha puesto el foco en la irresponsabilidad que supone "invocar acusaciones tan graves basadas en informaciones incompletas o preliminares". Además, consideran que "insinuar el suicidio de un piloto sin pruebas verificadas es una violación grave de la ética informativa".

La opacidad india no ayuda a aclarar los hechos

Si bien las teorías sobre lo que realmente pasó son muy variadas, la opinión dominante es que todavía falta información importante para aclarar las verdaderas causas de la tragedia. Una de las principales críticas radica en la necesidad de obtener una grabación de la conversación entre los pilotos en la cabina, prueba que aportaría información clave para avanzar en la investigación. Multitud de expertos han acusado al AAIB de ocultar a conciencia esta información, teóricamente, con la intención de esconder alguna cosa. Otras versiones teorizan que el Boeing de Air India sufría un problema de fabricación que permitió la activación involuntaria del interruptor, hecho que se podría haber evitado con una sencilla inspección que nunca se llevó a cabo. El AAIB ya ha ordenado a los operadores de las aeronaves sospechosas de tener este problema que realicen inspecciones técnicas urgentemente. A todo esto se suma la falta de información detallada sobre el estado de los motores en el momento en que se accionaron los interruptores y el suministro de combustible quedó cortado.

Sea como sea, los familiares de las 260 víctimas que dejó el accidente del vuelo 171 de Air India tendrán que seguir esperando hasta obtener una explicación sobre lo que pasó realmente aquel día. Según estipulan los protocolos internacionales, el informe final sobre la investigación se debe publicar en el plazo de un año desde el incidente. En la práctica, sin embargo, acostumbran a tardar mucho más.

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