La justicia norcoreana se ha mostrado implacable con el turista norteamericano de 21 años que intentó robar un cartel propagandístico y lo ha condenado a quince años de trabajos forzados a pesar de sus peticiones de clemencia.

La sentencia lo considera culpable de delitos contra el Estado. Durante la declaración el joven ha admitido su culpabilidad, dando a entender que el Gobierno de los Estados Unidos estaría detrás de su acción. La confesión podría haber sido forzada.

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