ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania

El ministerio de Defensa francés ha cesado al jefe de inteligencia militar, Éric Vidaud, porque no previó la guerra de Ucrania, según informa la BBC. Vidaud, que había accedido a este cargo hace siete meses, ha sido despedido porque realizó "sesiones informativas inadecuadas" y mostró "una falta de dominio de los temas", según dos informes internos. La situación se complicó políticamente, porque mientras Estados Unidos analizó correctamente que Rusia estaba planeando una invasión a gran escala, mientras que Francia concluyó que la posibilidad de guerra era "poco probable". A principios de marzo, el jefe de las fuerzas armadas francesas, el general Thierry Burkhard, ya advirtió que los servicios de inteligencia franceses no habían estado a la altura de los informes que emitían EE.UU. y Reino Unido. En unas declaraciones en el diario Le Monde, afirmó que "los norteamericanos dijeron que los rusos atacarían, y tenían razón". "Nuestros servicios de inteligencia pensaron, en cambio, que el coste que tendría la invasión de Ucrania sería monstruoso y que los rusos tenían otras opciones", añadió, en alusión a su intención de derrocar al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.

Según la BBC, el error de los servicios de inteligencia franceses fue especialmente sonoro, porque durante semanas el presidente francés, Emmanuel Macron, habló a menudo con el presidente ruso, Vladímir Putin, a partir de las premisas que le daban desde el ministerio de Defensa. En París ha aparecido el debate de si Vidaud es el único responsable de la falta de información o si se tiene que extender a otros sectores de la inteligencia francesa. El caso, sin embargo, es que Vidaud ya tuvo un primer problema pocas semanas después de empezar al cargo, después de que Australia rechazó un contrato multimillonario de submarinos con Francia, porque prefirió un pacto de seguridad con EE.UU. y el Reino Unido. Este acuerdo cogió a Francia por sorpresa y originó una disputa diplomática.

Mientras tanto, el presidente ruso ha firmado este jueves un decreto que permite reclutar a 134.500 soldados adicionales durante la campaña de primavera para sumarse al ejército en plena guerra con Ucrania. "Desde el 1 de abril al 15 de julio, se permitirá el reclutamiento de ciudadanos de edades comprendidas entre los 18 y 27 años que no se encuentren en la reserva y queden sujetos al reclutamiento para el servicio militar de acuerdo con la ley rusa", señala el decreto. El documento, al que ha tenido acceso la agencia de noticias Interfax, explica que este nuevo decreto afectará a 134.500 personas. Putin ha informado de que estará permitido retirarse del ejército a todos aquellos militares, marinos y sargentos cuyo mandato en el servicio militar haya expirado. En este sentido, ha instado al Gobierno ruso y a las comisiones implicadas a garantizar "la implantación" de estas medidas ante el aumento de la tensión a raíz de la invasión rusa del territorio ucraniano. El ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigú, ha asegurado esta semana que los nuevos reclutas que se sumarán al servicio militar obligatorio esta primavera no serán enviados a zonas de conflicto, ante las dudas sobre su posible participación en la campaña militar.