Al menos 16 personas han muerto y otras 40 han resultado heridas este domingo en un tiroteo en la playa de Bondi Beach, en Sídney, durante una celebración judía por el primer día de Hanukká. Según las autoridades australianas, dos hombres armados han abierto fuego de manera indiscriminada contra la multitud en lo que ya se ha calificado de atentado terrorista. Este ataque es el más sangriento de una serie de incidentes antisemitas que han sacudido Australia desde el estallido de la guerra en Gaza en octubre de 2023. En estos dieciséis meses se han registrado incendios intencionados, pintadas amenazantes y diversos episodios de discursos de odio, una situación que ha llevado al jefe de los servicios de inteligencia del país, Mike Burgess, a situar el antisemitismo como la máxima amenaza a la vida en Australia.

Según los datos publicados por el Consejo Ejecutivo del Judío Australiano (ECAJ), los incidentes antisemitas en el país oceánico han alcanzado récords históricos en los últimos dos años. Entre el 1 de octubre de 2024 y el 30 de septiembre de 2025, se documentaron 1.654 incidentes antisemitas, casi cinco veces por encima de la media anual antes del 7 de octubre de 2023. Entre los casos registrados, destaca el incendio provocado el 17 de octubre de 2024 en la cervecería Curly Lewis Brewing Company, muy cerca de Bondi Beach. Dos hombres rociaron con líquido inflamable la puerta principal y le prendieron fuego; aunque las llamas fueron apagadas rápidamente por los aspersores antiincendios. La policía relacionó el caso con una ola de ataques antisemitas en Sídney, aunque más adelante se supo que los atacantes tenían como verdadero objetivo una delicatessen kosher cercana. Los dos hombres detenidos, Guy Finnegan y Craig Bantoft, se declararon culpables, y las autoridades abrieron una investigación para averiguar si actuaron siguiendo órdenes de una tercera persona.

Solo tres días después del ataque a la cervecería, el 20 de octubre de 2024, la delicatessen kosher Lewis’ Continental Kitchen —el supuesto objetivo inicial— también fue atacada e incendiada deliberadamente en un nuevo episodio de odio antisemita. El establecimiento sufrió graves daños. La policía, que ya había creado un grupo de trabajo para investigar la creciente ola de agresiones a raíz del caso anterior, detuvo meses después a Sayed Moosawi, un exmiembro de una banda de motociclistas, acusado de haber ordenado el incendio tanto de la tienda como de la cervecería. Según la investigación, la intención era saturar las fuerzas de seguridad y dispersar sus recursos. Moosawi negó los cargos y quedó en libertad bajo fianza. Más adelante, las autoridades australianas vincularon el ataque del 20 de octubre con el gobierno de Irán. Según la inteligencia nacional, había pruebas creíbles de que Teherán había tenido un papel activo. Como respuesta, Canberra expulsó al embajador iraní y acusó al régimen de los ayatolás de querer desestabilizar la sociedad australiana alimentando la violencia antisemita.

“Fuck Israel”

El 21 de noviembre de 2024, la comunidad judía del barrio de Woollahra, en Sídney, fue objeto de un ataque especialmente violento y simbólico que reforzó la alarma ante los delitos de odio antisemitas en Australia. A primera hora de la mañana, un vehículo fue incendiado en el centro del barrio y decenas de coches y edificios aparecieron vandalizados con pintadas como “Fuck Israel”, en una acción coordinada y deliberada que afectó gravemente a varios bienes particulares y a un restaurante de la zona. Según las autoridades, el balance provisional fue de unos diez coches atacados, daños estructurales en diversas propiedades y pérdidas materiales valoradas en más de 100.000 dólares. El incidente fue ampliamente condenado tanto por el primer ministro australiano, Anthony Albanese, como por el primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, quienes calificaron los hechos de “repugnantes” y “profundamente preocupantes”. 

El 6 de diciembre de 2024, una sinagoga fue incendiada de manera intencionada en un ataque que conmocionó a la comunidad judía de Melbourne y fue rápidamente calificado de presunto acto terrorista por las autoridades. Varios hombres enmascarados entraron en la sinagoga Adass Israel, en el barrio de Ripponlea, y prendieron fuego al interior. El incendio provocó daños importantes tanto en la estructura del edificio como en su mobiliario, y obligó a los fieles que se encontraban allí a huir mientras las llamas se extendían. El incidente activó el Equipo Conjunto Antiterrorista, integrado por la policía de Victoria, la policía federal y agencias de seguridad nacional. Albanese condenó los hechos como un "ultraje" y, meses después, reveló que informes de inteligencia habían apuntado a una presunta implicación directa del gobierno de Irán en la orquestación del ataque, una acusación que erosionó aún más las relaciones diplomáticas entre Canberra y Teherán.

A la mierda los judíos

El 21 de enero de 2025, una nueva muestra de odio antisemita sacudió Sídney con el ataque a una guardería situada al este de la ciudad, a poca distancia de la sinagoga de Maroubra. El edificio, que en ese momento se encontraba desocupado, fue incendiado intencionadamente de madrugada y rociado con grafitis antisemitas, entre los que destacaba la frase "A la mierda los judíos". Los daños materiales fueron importantes, y la policía de Nueva Gales del Sur delimitó una escena del crimen en el marco de una investigación por delitos de odio. El incidente generó una ola de indignación entre las autoridades locales y estatales, y el anteriormente mencionado Chris Minns condenó la acción como "despreciable" y "horrible". Ante la escalada sostenida de agresiones violentas contra la comunidad judía, Albanese anunció la convocatoria de una reunión nacional de gabinete con el objetivo de diseñar una respuesta coordinada al antisemitismo en todo el país.

El 4 de julio de 2025, un nuevo ataque antisemita sacudió Melbourne cuando una sinagoga fue incendiada intencionadamente durante una cena de Shabat. Unos 20 fieles que se encontraban reunidos en la Congregación Hebrea de East Melbourne tuvieron que evacuar el edificio por una salida posterior después de que un hombre arrojara líquido inflamable a la entrada principal y le prendiera fuego. Los bomberos lograron extinguir las llamas y, afortunadamente, no hubo heridos. La policía detuvo poco después a un hombre de 34 años, Angelo Loras, vecino de Sídney, que quedó en prisión preventiva.