El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se ha sumado al llamamiento internacional para que Israel abandone los planes de un asalto militar contra la ciudad de Rafah, al sur de Gaza, después de una feroz operación de rescate de los rehenes que habría matado decenas de palestinos. Hablando con el rey Abdullah de Jordania en la Casa Blanca, Biden ha dicho "una operación militar importante a Rafah no tendría que llevarse a término sin un plan creíble para garantizar la seguridad y el apoyo de más de un millón de personas refugiadas allí". Muchas personas han sido desplazadas varias veces huyendo de la violencia hacia el norte y ahora están atrapadas en Rafah, expuestas y vulnerables. Necesitan ser protegidas", ha afirmado. En este sentido, Biden ha puesto de manifiesto que los EE.UU. han estado trabajando "día y noche" en los esfuerzos por acordar una tregua de seis semanas en los combates entre Israel y Hamás, como un trampolín hacia un alto el fuego más prolongado en el tiempo. "Los elementos clave están sobre la mesa", aunque ha reconocido también que hay agujeros en blanco.

El rey Abdullah también se habría hecho eco del llamamiento de Biden a un alto el fuego amplio. "No nos podemos quedar de brazos juntos y dejar que eso continúe", ha destacado. "Necesitamos un alto el fuego duradero ahora. Esta guerra se tiene que acabar". Ajeno a todo eso, Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, ha felicitado a los soldados que montaron el dramático rescate de dos rehenes israelíes en la ciudad, donde más de un millón de palestinos han huido en busca de refugio, y lo ha descrito como una "operación perfecta". El ejército israelí ha tirado ataques aéreos contra edificios próximos para apoyar el rescate, matando al menos a 67 palestinos. Hamás también habría dicho lo más tarde que otros rehenes israelíes también han muerto al bombardeo.

Un millón de refugiados palestinos temen los ataques de Israel a Rafah

El pánico y la desesperación hace días que corren por Rafah. El millar de ciudadanos, que está refugiado en la ciudad en el sur de la Franja de Gaza, espera sin poder hacer demasiado más que eso, que llegue la ofensiva de Israel. Están atrapados y la mayoría ya han sufrido varios desplazamientos desde el 7 de octubre. Intensos bombardeos durante la noche ya han impedido el descanso y solo han añadido tensión, nervios y más miedo. Se cree que un millón de personas llegaron hasta Rafah buscando refugio, pero lo único que les ha abrazado hasta ahora es el miedo de nuevos ataques.

El lunes se cree que las fuerzas israelíes mataron a unos 67 palestinos durante los bombardeos intensos, y serían 100 segundos la agencia de noticias palestina Wafa. Las cifras son difíciles de comprobar en la situación actual. Sea como sea, los ataques para rescatar a dos rehenes israelíes fueron tan intensos, que la mayoría de la población creía que había empezado una operación especial israelí, según constata el The Guardian.

Al menos la mitad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza está amontonada en Rafah, una ciudad que anteriormente alojaba una fracción de esta cantidad. Algunos han encontrado un espacio cada vez menor en casas, hospitales u otros edificios, mientras que otros se apiñan en refugios y tiendas de campaña improvisados y miles duermen en las calles.

Una masacre en Rafah

Netanyahu solicitó la semana pasada planes para un asalto terrestre a Rafah, junto con un plan "para evacuar la población", en el cual siguió dos días después el presidente norteamericano, advirtiendo al primer ministro israelí que no lanzara ninguna operación" sin un plan creíble y ejecutable" para la seguridad de los que se refugian. El Ministerio de Asuntos Exteriores palestino ha dicho este lunes que el número de muertos por los ataques demostraba las advertencias sobre "las consecuencias catastróficas" de un ataque. El ejército israelí no respondió cuando se le contactó para comentar si tenía intención de proporcionar un paso seguro a los que estaban en Rafah. A pesar de todo, ha seguido bombardeando esta noche pasada.