La concejala del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL, oposición) Marielle Franco, convertida en una dura crítica de la intervención del Ejército en la seguridad de Río de Janeiro, fue asesinada a balazos hoy en el centro de esta ciudad brasileña. Franco, una socióloga de 38 años procedente de las favelas de Maré, una de las áreas más violentas de Río de Janeiro, viajaba en el coche con su conductor y una asesora, cuando otro vehículo se detuvo a su lado y disparó hasta nueve tiros antes de huir. La concejal y el chófer, Anderson Pedro Gomes, murieron en el acto, mientras que la asesora sufrió únicamente heridas leves.
Marielle Franco venía de participar en un acto por los derechos de las mujeres negras en el barrio de Lapa, en el centro de Rio. La legisladora era la relatora de la comisión del Concejo creada para fiscalizar las operaciones policiales en el marco de la intervención militar.
Cuando nos matan a una luchadora el dolor es más grande, pero más grande será también la lucha. Te multiplicarás por miles, Marielle. #MariellePresente pic.twitter.com/8fU520XECl
— Silbando Bembas (@SilbandoBembas) 15 de marzo de 2018
El ataque se produjo un día después de que la concejala volviera a criticar la intervención en la seguridad de Río de Janeiro en un mensaje en las redes sociales. Franco, que se caracterizó en la carrera política por su trabajo en defensa de los derechos humanos, especialmente de las mujeres negras como ella, ya había publicado otros mensajes cuestionando la violencia de la Policía en Río de Janeiro. El crimen ocurrió también casi un mes después de que el presidente brasileño, Michel Temer, decretara una intervención federal en la seguridad de Río de Janeiro para combatir la ola de violencia que afecta al estado más emblemático de Brasil desde los Juegos Olímpicos de 2016.
La decisión cede a los militares el control de la seguridad en Río hasta finales de 2018 tras la ola de violencia que el año pasado causó 6.731 muertes, entre las que se cuentan las de más de 100 policías y diez niños alcanzados por "balas perdidas". El PSOL, uno de los partidos más críticos de la intervención, presentó esta semana un recurso en el que le solicitó a la Corte Suprema que declare la medida como inconstitucional.
Como consecuencia de ello, miles de personas salieron a las calles de las ciudades más grandes de Brasil este jueves por la noche para protestar por el asesinato, donde los manifestantes sostenenían pancartas pidiendo justicia y el fin de la violencia endémica de Brasil.