Alemania se plantea endurecer las leyes sobre las armas a raíz de la detención de 25 miembros de un grupo ultraderechista sospechosos de planificar un golpe de estado y derrocar de forma violenta el gobierno de la República Federal de Alemania, e instalar a un príncipe como líder nacional. Así lo ha confirmado la ministra del interior, Nancy Faeser, este domingo en una entrevista al diario Bild am Sonntag. Muchos de estos sospechosos eran miembros del movimiento de extrema derecha Reichsbürger (Ciudadanos del Reich), que niega la existencia del estado alemán moderno, según los fiscales. En este sentido, la ministra ha advertido que el Reichsbuerger representaba una amenaza creciente para Alemania, ya que se había expandido entre 2.000 y 23.000 personas el año pasado. "No se trata de locos inofensivos, sino de presuntos terroristas que ahora están en prisión preventiva", ha afirmado Faeser.

Los fiscales han alertado de que entre los sospechosos había personas con armas y conocimientos sobre cómo utilizarlas. Habían intentado reclutar miembros actuales y antiguos del ejército y habían almacenado armas. "Necesitamos que todas las autoridades hagan la máxima presión" para retirar sus armas, ha pedido Faeser, motivo por el cual el gobierno "endurecería más las leyes sobre armas en breve". Antes de las batidas, las autoridades ya habían confiscado las armas, además de 1.050 miembros del Reichsbuerger. Sin embargo, todavía se cree que al menos 500 otros tienen licencias de armas en un país donde la posesión privada de armas de fuego es rara.

23.000 extremistas del entorno de los Reichsbürger

La cifra de extremistas vinculados con los Reichbürger ha crecido este año en 2.000 personas, situándose hasta los 23.000. Nancy Faeser ha señalado que esta cifra representa "un aumento de casi el 10% con respecto al año pasado", mientras en 2018 y 2019, los servicios secretos del Interior estimaban su número en unos 19.000. Según la ministra, el 10% de estos extremistas está dispuesto a recurrir a la violencia; el año pasado, se registraron 239 delitos de violencia atribuibles a los Reichsbürger. Según el ministerio, los Reichsbürger representan un peligro, ya que, rechazan la existencia del Estado alemán y su ordenamiento jurídico y su potencial de violencia es considerado "muy alto".

Acostumbran a ser "muy agresivos" con la policía, los agentes judiciales y otros funcionarios y pueden recurrir a la violencia; con frecuencia alegan una situación de autodefensa cuando responden en medidas en contra suya. Las autoridades intensificaron la vigilancia de los Reichsbürger a finales de 2016, después de que en octubre de este año un miembro de este círculo matara a un policía e hiriera a otros tres en la ciudad bávara de Georgensgmünd cuando se disponían a confiscarle armas de fuego. Desde entonces, también aumentaron las medidas contra miembros de los Reichsbürger por tenencia, tanto legal como ilegal, de armas, falsificación de documentos y fraude. La mayoría de delitos cometidos por los Reichsbürger son de resistencia a la autoridad.

Los Reichsbürger, sospechosos de un golpe de estado

El movimiento Reichbürger, es heterogéneo, conformado tanto por individuos como por pequeños grupos organizados, que comparten una visión sobre el Estado alemán y sus representantes, que consideran ilegítimos, según explica en un informe la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), una agencia de inteligencia dependiendo del Ministerio del Interior alemán. Los simpatizantes de este movimiento consideran que el actual Estado no es soberano, sino que está ocupado por las fuerzas aliadas de la Segunda Guerra Mundial, es decir, Estados Unidos, el Reino Unido y Francia. Aunque no tengan una relación directa con el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), los Reichsbürger comparten algunos de los postulados de la extrema derecha. En este sentido, defienden el "Reich", aunque no necesariamente tiene que ser el Tercer Reich, asociado al nazismo, sino que puede ser la República de Weimar o el Imperio alemán. Una de las demandas comunes, sin embargo, es recuperar territorios del Este u otros países como Austria, Luxemburgo o Liechtenstein. También es habitual el antisemitismo y la difusión de teorías de la conspiración como la negación del Holocausto o QAnon. Los "Reichsbürger" tienen sus propios pasaportes, su propia moneda y se niegan a pagar impuestos y a obedecer disposiciones legales.