Israel y el Líbano han oficializado este jueves un acuerdo histórico para demarcar sus fronteras marítimas durante una ceremonia en la localidad libanesa de Naqoura, en la frontera con el país hebreo, en presencia del mediador norteamericano en las negociaciones, Amos Hochstein. El acuerdo lo cambia todo en esta zona del Oriente Próximo y lo hace en positivo. Se produce cuando sobre el papel los dos países todavía están en guerra desde 1948, y no tienen relaciones diplomáticas. La frontera norte es la más delicada para Israel, por la fuerte presencia de la milicia violenta chií Hizbulá, vinculada a Irán. Y sin embargo gobierno libio y el israelí han pactado la frontera. ¿Qué cambios comporta este acuerdo y qué lo ha hecho posible?

Hace 15 años se encontraron unas reservas de gas enormes en el Mediterráneo en 2 pozos en la zona fronteriza entre Israel y el Líbano. El denominado pozo Qana está en la mitad de las dos fronteras, pero hasta ahora no había acuerdo territorial y en pleno conflicto no se podía explotar. Y el Líbano tenía urgencia por abrir una entrada importante de dinero, en un momento que el malestar social es muy importante y la credibilidad de Hizbulá -que indirectamente controla el país- está cuestionada. Desde la explosión de 2.500 toneladas de amoníaco militar en el 2020, que estaba depositado en el puerto de Beirut bajo el control chapucero del grupo chií, y que provocó una verdadera conmoción social, y el posterior impacto de la covid, la economía libanesa cayó en picado.

La posibilidad ahora de un ingreso relevante de dinero a través del gas, en un momento que este combustible cotiza al alza, podría aliviar las arcas libanesas. Según fuentes israelíes, el Líbano será finalmente quien explotará el gas del pozo Qana, a través de la empresa internacional Total Energies, y pagará a Israel una tercera parte porque entra en aguas israelíes. El pozo de Karish será gestionado por Israel a través de la empresa Energean, como ya hacía actualmente. El Líbano es un país muy complejo, con un 30% de musulmanes chiíes, un 30% de suníes y un 40% de cristianos maronitas. El presidente del país debe ser siempre un cristiano maronita, el primer ministro un musulmán suní y el presidente del Parlamento un musulmán chií. Pero quien ha cortado el bacalao en los últimos años al país ha sido Hizbulá, que controla los principales resortes económicos, en un equilibrio tenso influido por Irán.

Lo relevante es que ahora todas las partes libanesas, que en otras épocas se han enfrentado de forma sangrante, han aceptado el pacto fronterizo con Israel por la urgencia económica. Especialmente significativa ha sido la reacción de Hizbulá. El líder de este grupo, que ya no tenía fuerza para oponerse a la negociación, ha llegado a anunciar el final de la "movilización militar excepcional" contra Israel. "Todas las medidas excepcionales y especiales y la movilización llevada a cabo por la resistencia durante varios meses ahora se declaran acabadas", ha explicado Hasan Nasralah en un discurso televisado, y ha calificado el acuerdo como una "gran victoria para el Líbano". Nadie habría imaginado un mensaje así hace 2 meses. "No pasa cada día que un país enemigo reconoce al Estado de Israel, en un acuerdo escrito, a la vista de la comunidad internacional", ha afirmado el primer ministro israelí, Yair Lapid, antes de firmar el pacto, y también lo ha calificado de "histórico" y "un gran logro para Israel" en materia de seguridad, economía y energía.

Israel está sacando partido al hecho de que con el mandato de Benjamin Netanyahu se convirtió en una potencia económica -durante los gobiernos iniciales después de la independencia de 1948 no era así-, y destaca sobre todo en tecnología. Eso ha permitido los denominados acuerdos de Abraham con países árabes suníes, porque estos ya se huelen el fin del petróleo y necesitan modernizarse, y al mismo tiempo les preocupa la amenaza militar de Irán. Estas sinergias han propiciado estos pactos, que facilitan el objetivo estratégico de Israel de dar estabilidad en el área, y con el del Líbano, si no hay problemas ahora imprevistos, se empieza a consolidar la frontera Norte.