El abanderado de los denominados países frugales, el holandés Mark Rutte, ha ganado las elecciones en los Países Bajos, que también han marcado un retroceso de la extrema derecha, según los primeros sondeos.

El Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD) de Rutte es, con diferencia, la fuerza mayor del Parlamento con en torno al 23% de los votos y 35 escaños (tenía 33). Después de diez años de responsabilidad gubernamental, Rutte tendría que volver a afrontar la tarea de formar una coalición y podría convertirse en el jefe de gobierno más longevo de la historia del país.

Los comicios han representado un fuerte revés para la extrema derecha de Geert Wilders, que estaba en segunda posición, y ha quedado desplazada por el partido liberal de izquierdas D66, con 27 de los 150 escaños, cuando hasta ahora tenían 19. Los ultras han quedado en tercera posición con 17 diputados, cuando tenían 20.

El D66 ha superado también a los democristianos de la CDA, que han pasado de 19 a 14 parlamentarios.

Rutte es uno de los dirigentes europeos que más se resistieron al fondo de recuperación europeo, recogiendo el cansancio que reina en el Norte de Europa a la hora de pagar los déficits que tienen los países del Sur, a los que reprochan que son despilfarradores con proyectos como los trenes de alta velocidad o la opacidad en el reparto de subvenciones.

El Gobierno de Rutte pidió a través de su ministro de Finanzas y candidato de centroderecha (CDA), Wopke Hoekstra, a la Comisión Europea una investigación sobre la situación fiscal de los países de sur cuando se debatía la respuesta europea a la pandemia, con una actitud que fue criticada por España, Portugal e Italia.

El gobierno holandés dimitió en enero a raíz de un escándalo protagonizado por la Agencia Tributaria neerlandesa, que acusó sin fundamento a más de 26.000 padres de fraude fiscal, después de recibir ayudas para pagar la atención de sus hijos, y exigió a miles de víctimas devolver el dinero que habían recibido con anterioridad, lo que llevó a muchas de ellas a la ruina, a perder la casa, y a endeudarse para poder reunir un dinero que no tenían.

Los puntos de votación han sido adaptados a causa de la pandemia de la Covid, en particular con una duración de 3 días de los comicios. Las urnas se encontraban en lugares poco habituales como el museo Van Gogh de Ámsterdam, hoteles, estaciones de tren, iglesias y centros de todos los Países Bajos, donde en algunos casos se podía votar acudiendo en bicicleta o coche.