ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania

El presidente ruso, Vladímir Putin, está librando una guerra total, externa contra Occidente e interna contra casi toda la opinión pública que rehúsa el ataque a Ucrania. Las manifestaciones contra la incursión rusa en territorio ucraniano son constantes en todas las ciudades europeas, pero también dentro de la misma Rusia. Hoy Moscú ha salido a la calle masivamente para exigir a Putin que ponga fin a la escalada militar contra su país vecino, ayer fue San Petersburgo que se llenó de manifestantes indignados con los movimientos bélicos del Kremlin. Las autoridades rusas delante de esta presión interna han respondido con dureza y han detenido a un total de 5.794 personas por participar en protestas "no autorizadas" contra la guerra.

Ayer, según informa OVD-info, se contabilizaron casi 2.650 detenciones por protestar en 51 ciudades diferentes por todo el país y sólo en la capital se arrestaron 1.225 manifestantes. Estos datos ponen patente la gran desconexión entre la población y los gobernantes rusos. De hecho, casi cada día la población sale a la calle arriesgándose a ser detenidos y juzgados irregularmente para mostrar su desacuerdo total con una guerra que tan sólo guarda la simpatía del núcleo duro de Putin. Según la ley rusa, las grandes manifestaciones requieren un permiso, que tiene que presentarse diez días antes de la protesta. Sin permiso, te enfrentas a fuertes multas, y en algunos casos incluso en la prisión. En cambio, están permitidas las "manifestaciones individuales", protestar en solitario, pero no es extraño también ver ser detenidas a estas personas.

El jueves, atentando contra toda libertad individual y colectiva, el Comité de Investigación de Rusia amenazó en la población y anunció que la participación en cualquier protesta contra la guerra era totalmente ilegal. Así explicando que se podrían enfrentar al ingresar delitos en los antecedentes penales de los participantes que "dejarían una marca en el futuro de la persona".

Los medios de comunicación rusos están fuertemente controlados por Putin. De hecho, los medios rusos tienen que emitir que "no hay guerra" contra Ucrania y que nadie ha invadido Ucrania si no quieren hacer enfadar al Kremlin y, por lo tanto, exponerse a multas y sanciones del Roskomnadzor, el servicio federal de supervisión de telecomunicaciones, la censura. La expresión "operación militar especial" la utilizó Putin el 24 de febrero, cuando en un discurso durísimo declaraba la guerra en Ucrania, para evitar a todo precio decir que existe una guerra.

Las televisiones como Russia Today únicamente hablan de la guerra siguiendo las directrices que envía Putin. Analizan las posibles consecuencias de las sanciones occidentales y presentan Europa y los Estados Unidos como provocadores de esta situación. Cuando aparecen letreros sobre la situación que se vive en Ucrania, explican que "la operación militar especial" es para hacer caer a los "neonazis ucranianos armados que se comportan como terroristas" o que los "ultranacionalistas ucranianos llevan los combates en los barrios de Kiev, aconsejados por agentes extranjeros, entre ellos los Estados Unidos".

Putin, tensa la cuerda

El conflicto en Ucrania no desescala, todo el contrario, el presidente ruso, Vladímir Putin, cada vez tensa más la cuerda con Occidente. Hoy ha asegurado que las sanciones contra Rusia por su ataque a Ucrania son "ilegítimas" y ante estas restricciones ha ordenado movilizar y poner "en estado de alerta" todas las fuerzas nucleares. Putin se ha reunido esta mañana con su ministro de defensa, Serguei Shoigu, con el jefe del Estado Mayor, el general Valery Gerasiov, para poner sobre la mesa su gran malestar delante de la cual él considera una actitud muy agresiva por parte de los países de la OTAN. El líder ruso ha asegurado que los líderes de esta organización están haciendo "declaraciones agresivas" sobre Rusia y las medidas que están ordenando contra el Kremlin son "hostiles". Es por eso que, como respuesta, y subiendo la apuesta, ha dictado: "Ordeno trasladar las fuerzas de disuasión de Rusia al estado de alerta máximo". Así poniendo en marcha las tan temidas armas nucleares.