Una imagen del Guernica ensangrentada, el mítico cuadro de Picasso, banderas rojas y blancas, que son las que enarbola la oposición de Bielorrúsia o mensajes como Stop Violencia o Libertad han sido algunos de los elementos que han lucido esta tarde en la plaza de la Catedral de Barcelona. Allí alrededor de unas 150 personas, principalmente bielorrusas, se han manifestado en apoyo de los detractores del actual presidente del país, Aleksandr Lukashenko, que lleva 26 años en el poder.

El pasado 9 de agosto se celebraron unas elecciones en las cuales, supuestamente, ganó con un apoyo del 80% de los votos. Ahora bien, desde aquel día, las calles de la capital, Minsk, y otros lugares del país se han inundado de personas que piden su dimisión y aseguran que fueron unos comicios fraudulentos. Ahora, esta demanda ha llegado hoy a Barcelona, donde también se han oído canciones en bielorruso o se ha visto un cartel con la letra de la Estaca de Lluís Llach, una pieza que ha interpretado en reiteradas ocasiones  la oposición de aquel país.

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Manifestantes de Bielorrusia en la concentración delante de la Catedral de Barcelona / EFE

Pedir apoyo moral

La portavoz de la diáspora bielorrusa en Catalunya, Alena Turava, ha denunciado que el régimen de su país ha arrestado y torturado a 7.000 manifestantes. Además, se anuló el servicio de Internet durante tres días.

"Hemos salido para pedir apoyo moral", ha precisado Turava en unas declaraciones a la ACN. Además, ha indicado que uno de los objetivos de la diáspora es dar a conocer lo que está sucediendo estos días en Bielorrusia.

 

A la manifestación también hay acudido Alicia, que ha asegurado que en su país todo el mundo sabe que las elecciones han sido un fraude. "Todos los bielorrusos luchamos para hacer unas elecciones honestas, transparentes y en contra de que haya presos políticos y violencia en nuestro país", ha señalado.

Una de las ciudades más castigadas por la violencia policial, según los manifestantes, es Minsk. Precisamente, de esta ciudad es de donde proviene Svetlana, que se ha querido solidarizar con las personas que salen a diario en la capital "aunque llueva, que tengan mucho miedo y a pesar de la presión que reciben".

Según Svetlana, como están en Barcelona y lejos de su país, muchas personas pueden interpretar que no les importa lo que pasa a Bielorrusia, pero no es así. "No nos da igual. Me duele en el corazón y esperamos que pronto todo acabe", ha sentenciado.