La exposición sobre Jordi Curós ofrece un recorrido por la obra de uno de los artistas más destacados del arte catalán de la segunda mitad del siglo XX. Nacido en Olot en 1930, Curós empezó a pintar muy joven y expuso por primera vez con solo diecinueve años. La muestra reúne las diferentes etapas de su trabajo, desde los primeros trabajos figurativos hasta las fases más experimentales y maduras, pasando por la influencia del informalismo vivida durante su estancia en París entre 1958 y 1960.
De vuelta en Barcelona, el pintor fusiona modernidad y arraigo, explorando la figura y el paisaje con un estilo luminoso y expresivo. La selección incluye naturalezas muertas, composiciones abstractas, retratos familiares y paisajes que reflejan su vínculo con la tierra y su capacidad de transmitir emoción y gesto a través del color y la materia.
