Las pequeñas grietas en la pared son, muchas veces, un elemento antiestético, que puede llegar a cambiar todo el aspecto general de una casa. ¿A quién no le molesta ver que la pared blanca de la sala de estar tiene, de repente, una brecha superficial que ensucia toda la visión, incluso, dando un toque de olvido del hogar? Si hasta ahora no te has decidido a tapar las grietas, o simplemente no sabías como hacerlo, desde de ElNacional.cat te traemos la solución. ¡Sigue leyendo para descubrir el truco que necesitas para arreglar las grietas de tu casa!
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Cómo arreglar las grietas de una pared: paso a paso
Es evidente que las grandes grietas pueden ser un elemento preocupante, ya que pueden afectar a la estructura de la casa. Pero cuando son superficiales, su tratamiento es mucho más simple de lo que nos imaginamos. El primer paso para arreglar una grieta es limpiar la zona para evitar que cualquier suciedad quede adherida. A continuación, es momento de hacer mayor la grieta. Sí, lo has leído bien. Tienes que sacar la pintura que esté a punto de saltar del entorno con la ayuda de una espátula o cutter para que el material sellador pueda penetrar bien. De nuevo, vuelve a limpiar la zona para evitar otros residuos, con la ayuda de un pincel me siento.
Antes de aplicar el material, pulveriza un poco de agua encima de la grieta. Ahora sí, ha llegado el momento de aplicar masilla o yeso, dependiendo de la tipología de pared. Lo tienes que hacer poco a poco y repartiéndola con una espátula, añadiendo finas capas. Cuando ya esté seco, tocará limar la zona para que quede todo al mismo nivel. El último paso será pintar encima de la grieta. En caso de que se trate de una pared con gotelé, puedes aprovechar el material reparador para simularlo y después aplicar pintura.
¿Qué tipos de grietas hay?
Es importante, antes de arreglar una grieta, saber de qué tipología se trata. Las superficiales son las que, con cualquier material de reparación, se pueden camuflar siguiendo este procedimiento sencillo. En cambio, hay otras con las que tienes que tener más cuidado porque pueden reflejar algún riesgo. Es el caso de las grietas diagonales, las más peligrosas, que tienen forma de escalera. También se pueden producir de grandes, las cuales tendrá que valorar un profesional para saber si la estructura corre algún riesgo. A la vez, existen las conocidas como grietas vivas, de las que se tendrá que estar pendiente de la evolución.