En algunas ocasiones, las madres tienen un comienzo negativo con el mundo de la lactancia y deciden dejar de dar el pecho a sus hijos. En otras ocasiones, no se puede realizar por un problema médico. Aunque la decisión es muy personal, es bueno saber que retomar la lactancia es posible. Es el proceso que se conoce como relactación, que consiste en comenzar a amamantar nuevamente después de un período sin hacerlo.

Consejos para una relactancia con éxito

Para llevar la relactancia a cabo con éxito, es bueno saber que todas las personas son diferentes y pueden vivir un proceso de relactación distinto. Algunas tardan poco y otras un poco más, pero se puede lograr recuperarla por completo con paciencia y una serie de consejos importantes a tener a considerar.

En primer lugar hay que tener en cuenta que cuanto más pequeño sea el bebé, más fácil será relactar. Las mamás con bebés de entre 3 a 4 meses generalmente tienen tasas de éxito más altas. Asimismo, cuanto más estable haya sido suministro de leche antes del destete, más fácil será restablecerlo.

Normalmente, se logran resultados iniciales en aproximadamente 2 semanas de haber comenzado a intentarlo y, según las investigaciones disponibles, la relactación completa lleva una media de un mes para la mayoría de las personas.

La producción de leche aumenta a medida que crece la demanda. Por lo tanto, lo más efectivo que se puede hacer si se desea relactar es amamantar o extraer leche con la mayor frecuencia posible. Cualquier estimulación del pecho, salga leche al principio o no, es un mensaje al cuerpo para que produzca más leche. 

Mujer dando de mamar a su bebé / Unsplash
Mujer dando de mamar a su bebé / Unsplash

Para inducir un suministro completo de leche, es aconsejable intentar amamantar o extraer leche de 8 a 12 veces al día, o cada 2 a 3 horas, incluso al menos una vez por la noche. Al principio, solo aparecen gotas, pero con un poco de paciencia la producción aumenta.

Los expertos aconsejan dejar al bebé acercarse al pecho con la frecuencia que desee, promover el contacto piel con piel y asegurarse de que lo haga de forma correcta, cubriendo el pezón y la areola y succionando de manera efectiva.

Al mismo tiempo, se debe continuar con la leche suplementaria para que el bebé continúe creciendo a medida que vuelve a aumentar el suministro de leche. Es importante no dejar de complementar hasta que la lactancia se haya recuperado por completo.

En el caso de que la leche se extraiga, hay que hacerlo también con una frecuencia de cada dos o tres horas hasta conseguir los resultados deseados. También se pueden realizar masajes e incluso extracción manual para estimular.

Si el bebé se muestra reacio, algo que puede ocurrir con relativa frecuencia cuando se inicia el proceso de relactación, se le puede ofrecer cuando se está durmiendo, para que lo asocie a un momento de relax y de contacto maternal.