¿Qué pasa realmente cuándo tiras de la cadena del lavabo de un avión? Seguro que te lo has preguntado en más de una ocasión. Estás en pleno vuelo, vas al baño a atender la llamada de la naturaleza, tiras de la cadena y entonces te quedas ahí, quieto, observando cómo los restos que una vez formaron parte de tu organismo desaparecen. Es entonces cuando te sorprendes pensando: "¿Dónde va a parar todo eso?", "¿Se cae ahí abajo?", "¿O se queda almacenado en algún lugar del avión?", "¿Y por qué todo desaparece tan rápido y haciendo tanto ruido?". Pronto todas estas dudas quedarán resueltas. En este artículo de la Tumbona, la sección veraniega de ElNacional.cat, vamos a exponer al fin la verdad de este misterio de altos vuelos.

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¿Cómo funcionaban los primeros lavabos de los aviones?

Seamos sinceros: cuando hemos tirado de la cadena del lavabo de un avión, nos hemos imaginado nuestros residuos saliendo disparados en pleno vuelo y descendiendo en picado hacia, posiblemente, una pobre víctima que no sabe la que le caerá encima. Pues quizás te sorprenda saber que antaño eso era lo que realmente ocurría. Los primeros "lavabos" de los aviones eran en realidad cubos con tapa. Te sentabas, hacías lo que tenías que hacer... y literalmente lanzabas el resultado fuera del avión.

Por suerte, las cosas no tardaron en cambiar y las aerolíneas acabaron introduciendo un sistema de tanques de almacenamiento de residuos. No obstante, esta evolución también tenía sus problemas. Por ejemplo, estos contenedores solían estar justo debajo de los lavabos, así que el hedor acababa ascendiendo hasta llegar al baño o incluso podía llegar a las fosas nasales de los pasajeros sentados cerca. Además, el gel desodorante que se usaba (llamado Anotec) para descomponer los desechos sólidos y mantener el olor a un nivel tolerable pesaba y ocupaba mucho espacio, así que se reducía el número de pasajeros como consecuencia (y el uso de combustible aumentaba).

Finalmente, este sistema no siempre lograba retener los restos. Estos en ocasiones se filtraban fuera del avión, donde se congelaban mientras descendían. Se convertían en las llamadas "bolas de hielo azul", una fusión del gel Anotec (que tenía ese color) y de heces que, cuando impactaban en casas y en coches, podían causar muchos daños y desperfectos.

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Avión / Foto: Pexels

¿Y cómo funcionan ahora los lavabos de los aviones?

Vale, sí, ha estado muy bien la parte rollo History Channel, pero, ¿qué ocurre con los baños de ahora? La situación actual es muy diferente a la de los cubos de antaño. En 1975, el inventor James Kemper diseñó el lavabo de avión moderno. ¿Su gran novedad? El inodoro de vacío. Para empezar, cuando tiras de la cadena, se abre una trampilla en la base que libera un líquido desinfectante (Skychem) que, con muy poca cantidad, es mucho más efectivo que el Anotec, así que las aerolíneas se ahorran mucho peso extra durante el viaje.

¿Y el sonido estruendoso que escuchas parecido al de un bólido de Fórmula-1 yendo a toda pastilla? Es otra de las ideas de Kemper: en lugar de dejar el trabajo en manos de la gravedad, y hacer que el residuo caiga justo debajo, una poderosa succión se lleva rápidamente los restos hacia la parte trasera del avión. Allí, los desechos quedan bien contenidos en tanques sellados, muy alejados de los pasajeros (y de sus fosas nasales). Permanecerán exiliados en ese lugar hasta que el avión aterrice. Ya en tierra, se vacían estos contenedores, echando los residuos por el sistema de alcantarillado subterráneo del aeropuerto.

¿Están bien sellados estos tanques o se producen filtraciones como antaño? No hay nada que temer. Hoy en día no caen en picado "bolas de hielo azul". Las trampillas de estos contenedores tienen seguros externos, en forma de clips, que impiden que eso ocurra.

¿Y es peligrosa para el ser humano la mega-succión que ideó Kemper? ¿Son verdad esas leyendas sobre incautos que acercaron la mano por curiosidad y esta acabó cercenada y realizando un peligroso viaje hacia la parte trasera del avión? Pues son solo eso. Leyendas. A día de hoy no se ha registrado ningún incidente por ese estilo.

Lo que sí que debes vigilar es lo que tiras en el lavabo de un avión. El sistema puede dejar de funcionar si alguien tira algo inesperado por el inodoro. Por ejemplo, muchos técnicos se quejan de padres y madres que deciden tirar el pañal del bebé. Estos "inquilinos inesperados" se atascan en el sistema de cañerías y en el tanque. Cuando eso ocurre, el equipo de operarios debe retirar físicamente la parte afectada para que ese baño vuelva a funcionar. Es un proceso largo y muy caro, que ha llegado a causar retrasos y cancelaciones de vuelos, ¡así que ten cuidado con lo que tiras por ahí!

¿Qué te ha parecido este artículo de la Tumbona? ¿Te han entrado ganas de descubrir más cosillas de este estilo? Pues puedes averiguar, por ejemplo, qué te puedes llevar de una habitación de hotel, o qué cosas están estrictamente prohibidas en los parques Disney.