En el día a día usamos muchas palabras que, sin darnos cuenta, son calcos del castellano. Palabras que hemos oído en el trabajo, en la televisión o en la calle y que parecen correctas, pero que en realidad no son propias del catalán. Un ejemplo claro es calderilla, que mucha gente utiliza para hablar de monedas pequeñas. En catalán, en cambio, lo correcto es decir xavalla, menuts o monedes menudes/petites.

🤔Deixa de dir 'desde luego' en català: aquesta és l'alternativa

Debemos ir con cuidado con estos errores de lenguaje: si siempre decimos calderilla, disfrutar o apretar, vamos convirtiendo el catalán en una copia deformada del castellano. En cambio, si usamos las palabras que la lengua ya tiene, el catalán gana naturalidad y fuerza.

Castellanismos habituales y sus alternativas

Muchos de estos préstamos no aparecen en registros formales, pero sí son muy frecuentes en el habla cotidiana. Aquí tienes algunos de los más comunes, con la forma genuina que conviene recuperar:

  • apretarprémer
    Apreta el botó. → Prem el botó.

  • disfrutargaudir
    Disfruto de les vacances. → Gaudeixo de les vacances.

  • tamany (del tamaño castellano) → mida
    Quin tamany té la caixa? → Quina mida té la caixa?

  • vivendahabitatge
    Han comprat una vivenda nova. → Han comprat un habitatge nou.

  • solventarresoldre o solucionar
    Hem de solventar el problema. → Hem de resoldre el problema.

  • averiguaresbrinar
    He d’averiguar què ha passat. → He d’esbrinar què ha passat.

  • insertarinserir
    Has d’insertar la targeta. → Has d’inserir la targeta.

  • algoalguna cosa o quelcom
    Tens algo per menjar? → Tens alguna cosa per menjar?

  • adelantaravançar
    Han adelantat la reunió. → Han avançat la reunió.

  • abarcarabastar o comprendre
    Aquesta llei abarca molts àmbits. Aquesta llei abasta molts àmbits.

Estos ejemplos aparecen recogidos en guías de lengua como las del Servei Lingüístic de la UOC, el CPNL y la llista de castellanismes de la Viquipèdia, todas fuentes que ayudan a identificar qué es normativo y qué no.

¿Por qué pasa esto?

El catalán y el castellano conviven desde hace siglos, y esto ha provocado una presión constante. Muchas veces, los castellanismos se introducen porque la palabra catalana correcta suena rara o porque simplemente no la hemos oído nunca. ¿Quién no ha dicho alguna vez tamany en lugar de mida? ¿O disfrutar en vez de gaudir?

El problema es que, a fuerza de repetirlos, acaban sonando naturales, mientras que las palabras correctas parecen artificiales. El catalán tiene recursos de sobra para expresarse con naturalidad. Solo hace falta ir sustituyendo, poco a poco, estos castellanismos que se han infiltrado en nuestra habla de manera casi definitiva. No se trata de hablar como una enciclopedia, sino de redescubrir palabras que siempre han sido nuestras y que hacen que nuestra lengua se mantenga viva.