Cuando vamos de viaje resulta incómodo llevar algunas cosas de aseo, no siempre es fácil encontrar botes de gel de baño en formato pequeño. Las esponjas jabonosas resultan de gran ayuda en estos casos, incluso son muy útiles para asear a enfermos, ancianos, bebés, personas convalecientes o para darse una ducha rápida. La ventaja de usar jabón y esponja a la vez es que ganas espacio e hidratación para tu piel. No tienes que comprar nada, te enseñamos cómo hacerlas con lo que tienes en casa.

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La mayoría de las esponjas jabonosas que hay en el mercado son biodegradables y están fabricadas con un compuesto de fibras de poliéster, resina y una solución jabonosa que no daña el medio ambiente, pero el proceso para su producción y transporte sí deja una huella de carbono importante. ¿Qué tal si fabricas unas esponjas jabonosas mucho más sostenibles en casa?

Cómo hacer esponjas jabonosas: dos técnicas supersencillas

Los beneficios de una esponja jabonosa van más allá de tener que agacharte a recuperar el jabón que se ha escurrido de tus manos. Son prácticas e hidratan mucho más la piel porque generan más espuma. Además, puedes añadirle gotas de aceites esenciales para potenciar el efecto frescor. Hay dos maneras de hacerlas:

Con jabón líquido

Asegúrate que el jabón que vayas a usar sea biodegradable, ¡lee antes las etiquetas!

Para hacer tus propias esponjas jabonosas con jabón líquido necesitarás:

  • Agua destilada.
  • Esponja natural o sintética pero reciclable.
  • Jabón líquido biodegradable.
  • Aceites esenciales (opcional).
  • Cordel de cuerda o algodón.

Ahora solo tienes que seguir estos sencillos pasos:

  1. Preparar la mezcla: En un bol, mezcla el jabón líquido con agua, la cantidad dependerá de cuánto quieras que tu esponja tenga de jabón. Si quieres, puedes añadir unas gotas de aceites esenciales para darle un aroma fresco.
  2. ¡A mojar la esponja! Hunde la esponja en la mezcla jabonosa y asegúrate de que se impregne bien. Aprieta suavemente para que absorba toda esa mezcla.
  3. Secado al aire: Exprime un poco la esponja para sacar el exceso de mezcla y déjala secar al aire en un lugar fresco y seco. Puedes colgarla cosiéndole el cordel, así evitarás hongos.

Una vez seca, guárdala en un recipiente hermético o en una bolsa con cierre para que se mantenga bien.

Con pastilla de jabón

Esta opción es la más sencilla. Necesitas una pastilla de jabón biodegradable, un recipiente metálico para poner al baño maría, una olla pequeña, un cuchillo, moldes de silicona medianos, esponja natural y tus manos.

Los pasos son muy simples:

  1. Cortar la pastilla de jabón en dados y meterlo en el recipiente de metal.
  2. Ponerlo al baño maría y esperar que se derrita.
  3. Verter el jabón en los moldes solo hasta la mitad.
  4. Rellenar el resto del molde con esponja.
  5. Resulta muy útil los rollos de esponja que vienen para cortar, pero puedes adaptar cualquier que tengas en casa a la base del molde.

De esta manera te quedará esponja, por un lado, y jabón por el otro, y al contacto con el agua será una fiesta de espuma que cuidará al máximo de tu piel.

Empezar el día con esponjas jabonosas creadas en casa con tu esencia y cariño es el doble de satisfacción. Añades hidratación y rapidez a tu rutina de aseo personal y cuidas del medio ambiente y mimas tu piel sin químicos agresivos y con el aroma que tú elijas.