En relación a la encuesta publicada el mes de enero, Xavier Trias y Jaume Collboni siguen en empate técnico, y ahora también se sitúa en las primeras posiciones Ada Colau; en cambio, Ernest Maragall, de ERC, se estanca en la cuarta posición y con toda probabilidad ya no volverá a ser la lista más votada; se consolida la tímida recuperación del PP, y Vox ahora alcanza una expectativa realista de poder entrar en el Ayuntamiento de Barcelona; en cambio, la CUP lo tiene más difícil, ya que Ada Colau seduce a parte de sus votantes y eso dificulta llegar al mínimo del 5% para obtener representación, y mucho más claramente lo mismo les pasaría a Valents y Cs (la dispersión del voto y la falta de liderazgos nunca es positiva).

El escenario del desenlace final sigue siendo incierto (Trias-Collboni-Colau), pero no la cuarta y la quinta posición, y solo quedan dudas en relación a Vox y quizás la CUP (ambos por la mínima), pero todavía queda la semana decisiva para movilizar abstencionistas y/o votantes dudosos en las franjas de frontera que tiene cada partido (uno de cada tres votantes no tiene todavía el voto decidido). En estos momentos nos da una participación estimada en torno al 62%, por debajo del 66% alcanzado hace cuatro años: la última semana será decisiva.

A continuación intentaré analizar las fortalezas y debilidades de los partidos que con toda seguridad obtendrán representación en el Ayuntamiento de Barcelona el próximo 28 de mayo:

Xavier Trias: En términos personales es percibido por un segmento significativo de barceloneses como la persona mejor posicionada para hacer frente a muchos de los retos de futuro, pero esta buena imagen personal le cuesta después trasladarla en intención de voto a su candidatura. Es cierto que capta muchos antiguos votantes de ERC-Maragall y antiguos votantes del PP en clave municipal, y en menor medida de Cs, pero en esta última semana de campaña debería mejorar en la captación transversal de electores, canalizar mejor las ganas de pasar página de la etapa de Ada Colau y mejorar la intención de voto por debajo de los 45 años.

Ada Colau: Es cierto que tiene un fuerte desgaste en forma de rechazo a sus políticas y a su continuidad, pero en menor medida entre su base electoral; es decir, concita mucho rechazo en las bases electorales que no la votaron, pero mantiene de forma resiliente un apoyo significativo, que en un escenario de fragmentación electoral le permite mantener el empate técnico con los otros dos candidatos con posibilidades de ser la fuerza más votada. Obtiene apoyos muy por encima de la media entre la gente más joven, y muchas simpatías de antiguos votantes de la CUP, que la ven como el voto útil para evitar que pierda la primera posición.

Ser el candidato más votado no significa ser el alcalde, porque Jaume Collboni o Ada Colau seguramente tienen más capacidad para tejer alianzas alternativas y pueden evitar que Xavier Trias sea el futuro alcalde de Barcelona en caso de que finalmente quede en primer lugar

Jaume Collboni: Más que el candidato, es la fuerza del partido (PSC). El candidato Jaume Collboni no obtiene especialmente buenos resultados en valoración ni en posicionamiento en relación a los principales temas planteados, pero la recuperación del voto del PSC por todo el país le reporta movilizar y recuperar antiguos electores casi por inercia; él lo sabe, y de aquí el amplio apoyo del gobierno del PSOE a su candidatura. Y por el hecho de que Cs casi haya desaparecido como marca electoral, el PSC también capta un segmento significativo de estos votantes cuando se analizan los electores dudosos.

Ernest Maragall: La aparición de Xavier Trias lo perjudica de forma decisiva, pero también el desgaste del gobierno de ERC en la Generalitat, ya que por primera vez en años su partido obtiene menos apoyos transversales del resto de espacios. Esta semana seguramente intentará remontar más con la estructura del partido y Oriol Junqueras que con la fuerza propia del candidato. En ninguno de los ejes que se disputan en esta campaña tiene una posición relevante.

Daniel Cirera: Aunque pierde votantes a favor de Xavier Trias y Vox, al mismo tiempo, la atracción de antiguos votantes de Cs, más la recuperación del PP en todo el Estado, permiten al PP de Barcelona mejorar sus resultados, y pueden llegar a ser mejores si frenan los escapes de votos a favor de Xavier Trias y de Vox: que, evidentemente, son dos perfiles de ciudadanos antagónicos que requieren mensajes también diferenciados.

Xavier Trias y Ada Colau son ellos mismos los principales valores de sus listas, y así están abordando estas elecciones en clave personal; en cambio, en el resto de opciones (PSC, ERC, PP, pero también Vox y la CUP) es la estructura del partido el gran activo, y eso determina estrategias, mensajes, fortalezas y debilidades que pueden marcar esta última semana de campaña.

Y una consideración final, ser el candidato más votado no significa ser el alcalde, porque Jaume Collboni o Ada Colau seguramente tienen más capacidad para tejer alianzas alternativas (el binomio PSC-comuns o comuns-PSC, así como el tripartito clásico, siempre suma más votos que cualquier otra combinación posible de gobierno) y pueden evitar que Xavier Trias sea el futuro alcalde de la capital de Catalunya en caso de que finalmente quede en primer lugar. Es cuestión de cómo se sumen los votos y se interprete el sentido de la opinión pública: ¿la lista más votada o la suma de apoyos? En parte, dependerá también de las distancias que tengan los tres candidatos con más posibilidades de ser el próximo alcalde o alcaldesa de Barcelona: Xavier Trias, Jaume Collboni o Ada Colau. La decisión está en manos de los votantes fluctuantes durante esta última semana de campaña, e incluso, el mismo día de las elecciones.

 

Jordi Sauret, doctor en Sociología y director-gerente de Feedback