Un 23-J complicado por las altas temperaturas en Lleida y con un trasvase de papeletas respecto a comicios pasados en la provincia. En las anteriores elecciones generales, las del 10 de noviembre de 2019, ERC logró hacerse con los dos diputados que se disputaban en la demarcación, de los cuatro posibles. Algo que hacía mantener la hegemonía frente a la histórica plaza de Junts y la antigua Convergència en el interior de Catalunya, que perdió el 26 de junio de 2016. Los post-convergentes y socialistas se repartían hace poco más de tres años los dos últimos escaños al Congreso. Pero este 2023 todo ha cambiado, con algunos candidatos electos en disputa durante diversos momentos del recuento. La primera fuerza ha sido para el PSC con el 29% de votos y dos diputados. La segunda posición ha ido a parar a ERC con el 18% de papeletas y un diputado, algo similar a Junts con el 18% y un escaño.

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ERC pierde su bastión

Los candidatos de los partidos que han resultado vencedores en la provincia son Montse Mínguez del PSC, Inés Granollers de ERC, e Isidre Gavín de Junts. También se presentaron, entre las candidaturas con opciones a salir electos Dante Pérez del PP, Elena Ferre de Sumar-En Comú Podem, Esther Sancho de la CUP y Eduard Pallerola de Vox. Todos ellos se disputaban los cuatro únicos diputados que podían ir al Congreso por Lleida y que se sumarían a sus respectivos cabezas de lista en Madrid. Los republicanos, que obtuvieron la primera posición en noviembre y abril de 2019, cuando se produjo la repetición electoral, pierden el bastión del interior catalán y pasan de dos a tan solo un diputado para la cámara baja. Por ello, los socialistas han logrado revalidar los buenos resultados en la demarcación del 28 de mayo pasado, durante las elecciones municipales y se alzan como primera fuerza.

 

El PP, que no lograba representación desde los comicios generales de junio de 2016, se ha vuelto a quedar sin su diputado por Lleida pese a lo que pronosticaban los primeros sondeos donde daban un cuádruple empate entre PSC, ERC, Junts i populares. En aquel entonces, en 2016, hace poco más de siete años, el PP logró arrebatarle el último diputado a los socialistas, por una diferencia de algo menos de 2.000 papeletas. Fue en aquel entonces, durante la repetición electoral que volvió a mantener a Mariano Rajoy en la Moncloa en minoría y un par de años antes de que prosperara la primera moción de censura de la democracia, cuando los populares todavía en auge de votos antes del declive en pro del Sanchismo. En cualquier caso, el ganador en este 23-J en la provincia de Lleida ha sido el PSC.

Resultados en Lleida ciudad: una población cambiante

Las cinco primeras fuerzas en la ciudad de Lleida en los comicios de noviembre de 2019 fueron, en este orden, ERC, PSC, Junts, PP y En Comú Podem. Los republicanos se alzaron como primera fuerza con el 25,95% de los votos, seguidos de los socialistas con el 19,28%, los post-convergentes con el 15,4%, los populares con el 10,32% y los comuns con el 9,76%. El ranking, no obstante, varió un poco a nivel provincial, quedando en segunda posición Junts i en tercera PSC, i un sorpasso de En Comú Podem al PP.

 

Este 23-J, la capital del interior de Catalunya ha virado hacia el socialismo, como ya hizo en las recientes elecciones municipales del 28-M de este mismo año. Así, los ciudadanos han optado por otorgar la victoria al PSC con el 34% de votos. Completan el podio PP y ERC, con 17% y 12%, respectivamente. Respecto a la cuarta y quinta posición, los ilerdenses han decidido que sean para Junts y Vox, con 11% y 9%. En esta ocasión, la ciudad ha votado en una línea similar al resto de la demarcación, con variaciones tan explicitas como el segundo lugar de los populares que han quedado fuera del reparto de escaños.

En contraposición a los resultados de las elecciones municipales del 28-M en Lleida ciudad, el panorama ha hecho evidente el cambio de color de la población. En mayo de este mismo año, cuando los ilerdenses fueron a las urnas y siendo alcalde el republicano Miquel Pueyo, el PSC dio un vuelco al alzarse como primera fuerza y nueve concejales, respecto a los siete de 2019. ERC, que en los anteriores comicios se había impuesto con siete, perdió dos regidores y quedó en tercera posición. Los populares pasaron de ser una fuerza minoritaria en el hemiciclo municipal con dos escaños a una segunda posición con cinco regidores. Junts perdió un regidor, de seis a cinco, mientras Ciudadanos desapareció del mapa, los comunes pasaban de dos a un escaño y Vox irrumpía con dos concejales. Este nuevo escenario hizo Paer en Cap al socialista Fèlix Larrosa, sin ningún apoyo más que el de su partido en la sesión extraordinaria de constitución del nuevo consistorio.

Comparativa con comicios anteriores en la provincia

Para comprender la complejidad de la demarcación de Lleida, pese a tan solo sumar cuatro diputados al cómputo total de 350 en el Congreso, cabe hacer una revisión de los resultados desde las elecciones de noviembre de 2011, un año antes, aproximadamente, de la eclosión del procés. En aquel entonces, CiU era la fuerza hegemónica y se hizo con el 41,32% de los votos válidos emitidos por los ciudadanos y dos de los cuatro escaños. Por su parte, el PSC logró uno, con el 20,35%, y el PP otro con el 19,44%. ERC quedaba en cuarta posición y sin candidatos electos a la cámara baja española. En los comicios de diciembre de 2015 los convergentes perdieron fuelle y los cuatro escaños quedaron divididos a partes iguales, aunque con diferentes porcentajes de papeletas, entre Convergència, ERC, En Comú-Podem y PSC.

 

La repetición electoral de junio de 2016 fue aún más evidente: los republicanos se hacían con la primera plaza en la demarcación en votos. Quedaban así ERC, CDC, En Comú-Podem y PP como partidos electos, con un diputado cada uno. En los comicios generales de junio de 2019 se acentuó más ese cambio de ciclo, con ERC a la cabeza y dos diputados, los dos restantes se los repartieron Junts y PSC. Como ya se ha visto previamente, la vuelta a las urnas de noviembre de ese mismo año poco hizo cambiar en el panorama político ilerdense. Por todo ello, este 23-J se ha vuelto a entrever un cambio de ciclo, como ya se vivió en Lleida en 2015 y 2016.