Catalunya es uno de los graneros de voto más importantes de las elecciones generales de este domingo, al lado de Andalucía, la Comunidad de Madrid y el País Valencià. En las cuatro circunscripciones catalanas hay 48 escaños en juego, de los 350 que se distribuyen el 23 de julio. Vista la desmovilización independentista, Pedro Sánchez confía en ganar holgadamente, garantizándose una buena ventaja en el Partido Popular que le permita soñar con el remontamiento. Pero la formación conservadora está convencida de que conseguirá un "resultado histórico" que sitúan entre los seis y los ocho diputados, muy por encima de los dos actuales. El discurso de Feijóo en Catalunya se basa en la "cordialidad" y "conciliación", y en convencer a los sectores acomodados de la sociedad catalana, subrayando la gestión y la economía como pilares fundamentales y prometiéndoles bajadas de impuestos. Ahora bien, la estrategia de Feijóo ha quedado eclipsada de golpe por la propuesta por parte de Santiago Abascal de aplicar una "intervención sostenida y duradera" en Catalunya, con el objetivo de "restaurar la convivencia".

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Feijóo se prodiga en Catalunya

Hay una diferencia evidente entre las dos campañas a la derecha del PSOE. El Partido Popular se ha propuesto recuperar electoralmente Catalunya después de convertirse en una formación casi residual en las urnas, devorada por el efecto Ciudadanos y la irrupción de Vox. Eliminada la competencia con los naranjas, Feijóo ha vuelto a poner Catalunya en el mapa. De hecho, estrenó la campaña en Castelldefels, donde felicitó a Manu Reyes por haber recuperado la alcaldía, y este lunes ha apoyado a la candidatura de Nacho Martín Blanco en un mitin en los jardines del Turó Parc, en el distrito barcelonés de Sarrià – Sant Gervasi.

Rodeado de 1.500 personas, Feijóo fue empático y reconoció que el PP había cometido "errores" en Catalunya. "¿Hemos cometido errores? Sí. ¿Bastantes? Sí. ¿En Catalunya? También. Pero hoy podemos reivindicar que estamos en el camino de ser un partido de mayorías y en Catalunya también", recalcó, levantando el aplauso del público, a quien subrayó que los catalanes son "los que más impuestos pagan de España", con el IRPF "más alto". "Y después dicen que los catalanes no son espléndidos. Es el pueblo más espléndido de España, el que más paga, el que más aporta". Feijóo busca seducir a las rentas más altas catalanas, prometiéndoles bajadas de impuestos.

Abascal hace descarrilar el plan de Feijóo

En las antípodas, Abascal ha salido a hacer descarrilar la estrategia política del PP en Catalunya y haciéndolo a la manera de Vox. En el ecuador de la campaña y en contraposición al reconocimiento de errores, el líder ultra cree que el PP ha sido demasiado blando y se ha reído este martes del "155 de chiste" que acordó Mariano Rajoy después de los hechos de octubre de 2017 y ha prometido, en caso de que gobierne con el PP, que trabajará para "una intervención sostenida y duradera para restaurar la concordia", al margen de vaticinar que si gobiernan con el PP, Catalunya vivirá tensiones "peores" respecto del 2017, en virtud del hipotético auge del independentismo. Vox se afana por marcar el paso en el PP en todos los terrenos, también en la relación entre Catalunya y España.

Abascal pone a Feijóo en una encrucijada de difícil salida: garantizar dureza para responder a otro hipotético desafío independentista mientras se presenta como un líder moderado y garante del diálogo, dentro de la Constitución. En este equilibrio situamos las palabras de este miércoles en La Sexta, el presidenciable del PP ha prometido ser la garantía de "rebajar las tensión y hablar con todo el mundo", si bien ha dicho que hará "cumplir la Constitución española en todo el territorio nacional: sea en Catalunya, Andalucía, Castilla-La Mancha o Euskadi". Y el tándem ERC – EH Bildu también es un buen subterfugio para recordar que el referéndum de autodeterminación "no cabe en la Constitución ni en el Estado de Autonomía ni en la Unión Europea".

La derogación del "sanchismo" versión Catalunya por parte de Feijóo pasa por recuperar el delito de sedición derogado por el PSOE y ERC en el Código Penal, aumentar las penas por el delito de malversación de fondos públicos y tipificar como delito la convocatoria de un "referéndum ilegal". Y en eso y a la vista de los hechos, Feijóo sí que podrá contar con Abascal.