Tal día como hoy del año 1940, hace 83 años, en Ar Baol-Skoubleg (Bretaña-Francia), un destacamento de la Wehrmacht (el ejército alemán, que, poco antes, había ocupado Francia), la Gestapo (la policía política del régimen nazi) y el SIMP (la policía política del régimen nacionalcatólico español) detenían al president Companys. En aquel dispositivo de localización y detención, José María Lequerica, el embajador español ante el gobierno títere de Vichy, jugó un papel importante. Años más tarde, cuando Lequerica fue nombrado embajador de la España de Franco en Washington, el presidente Truman no le aceptó nunca las credenciales.

El president Companys había salido hacia el exilio durante los primeros días de febrero de 1939, a finales de la Guerra Civil española (1936-1939) y durante la ocupación franquista de Catalunya, y había trasladado la Generalitat a París, en una casa situada en la Rue de la Pépinière, 25; cerca de la estación de Saint-Lazare. Allí estuvo hasta que, después del estallido de la II Guerra Mundial (1 de septiembre de 1939), el ejército alemán saltó las líneas defensivas fronterizas francesas y se plantó a las puertas de París. El 24 de junio de 1940, víspera de la ocupación alemana de París, el Govern de Catalunya salió en dirección a Londres, acogido por el gobierno británico.

Pero el president se quedó en territorio ocupado. La evacuación de París, ordenada por el gobierno francés, había sido un verdadero caos. El hijo del president (familiarmente Lluïset) se extravió cuando la institución psiquiátrica donde estaba interno fue evacuada desordenadamente y los pacientes se perdieron por los caminos y los campos entre París y el Loira. El president se negó a abandonar territorio francés esperando localizar y salvar a su hijo. También, algunas investigaciones apuntan a que la presencia del president Companys en territorio ocupado podría obedecer a la negativa de la Foreign Office a acoger a un líder político muy contestado por su sociedad.

En cualquiera de los casos, el president Companys fue detenido por los militares y paramilitares alemanes y entregado al policía español Urraca, que lo interrogó y lo entregó a la sede del SIMP de Madrid sin ningún protocolo de extradición. Años más tarde, concluida la guerra, Urraca fue juzgado y condenado in absentia por crímenes contra la humanidad (se ganaba la confianza de familias refugiadas judías y después las saqueaba y las asesinaba). El president Companys fue sometido a un supuesto consejo de guerra y asesinado el 15 de octubre de 1940. En cambio, el Gobierno nunca entregó a Urraca a las autoridades francesas. Ni siquiera durante el actual régimen constitucional.