Tal día como hoy del año 1448, hace 573 años, hacia la una de la madrugada; se produjo un movimiento sísmico en la comarca del Vallès —con epicentro en algún lugar entre Cardedeu y Llinars, y que los investigadores estiman que sería de intensidad VIII en la Escala de Richter—, que provocó un mínimo de 108 víctimas mortales. Según la investigación historiográfica, el terremoto del Montseny sería el segundo movimiento sísmico más intenso y más mortífero de la historia de Catalunya, solo precedido por el Terremoto de la Candelera, de intensidad IX en la Escala de Richter, con epicentro en Camprodon (Ripollès), que se había producido tan solo veinte años antes (2 de febrero de 1428), y que había causado un mínimo de mil víctimas mortales.

Según las fuentes documentales, aquel movimiento sísmico provocó el derrumbe de docenas de casas —especialmente en la zona del Montseny—, que estaban en una situación de seguridad precaria (durante el otoño-invierno de 1447 y la primavera de 1448, Catalunya había vivido un episodio de aguaceros intensos y continuados que habían podrido las vigas de muchas construcciones). A todo eso se sumó el hecho de que aquel terremoto se produjo durante la noche, cuando la inmensa mayoría de la población estaba durmiendo en el interior de sus casas. Según las mismas fuentes, sólo en la zona del Montseny murieron un mínimo de 108 personas, aunque la investigación moderna estima que esta cifra se podría multiplicar por cinco o por seis.

También según las mismas fuentes, los efectos de aquel terremoto se hicieron notar por todo el país. El castillo de Llinars y el campanario de Cardedeu quedaron gravemente dañados. Y está documentado que, también, sufrieron daños importantes los castillos del Papiol, de Sentmenat, de Montornès, de Sant Pere de Vilamajor (en las proximidades del epicentro) y el de Montsoriu (cerca de Arbúcies); los monasterios de Sant Genís de Rocafort (cerca de Martorell), y de Santa Maria de l'Estany (cerca de Moià); y la muralla de Barcelona. También las fuentes revelan que aquel terremoto afectó a algunas construcciones en las ciudades de Lleida, de Girona, y de Perpinyà; e incluso se mencionan efectos en pequeñas poblaciones en los alrededores de Narbona y Carcasona (en el Languedoc).