Tal día como hoy del año 1923, hace 95 años, se inauguraba oficialmente el estadio del Reial Club Deportiu Espanyol de Barcelona. El nuevo estadio blanquiazul fue construido en una zona que alternaba las residencias de veraneo de la burguesía barcelonesa con los últimos campos de cultivo que quedaban en el llano de Barcelona. Aquel paraje era conocido con el nombre de la Manigua de Can Ràbia y estaba situado al pie de la carretera que, históricamente, había unido Barcelona con la antigua villa de Sarrià. Por este motivo el nuevo estadio blanquiazul recibiría el nombre de "Sarrià" o "de la carretera de Sarrià".

Antes de la inauguración del estadio de Sarrià, el Espanyol había jugado como equipo local en varios campos de fútbol de la ciudad de Barcelona. En el periodo entre 1900 y 1911 viviría el periplo clásico de todos los equipos de la ciudad, que a menudo tenían que cambiar de terreno de juego. Entre 1911 y 1923 conseguiría una ubicación estable en calidad de arrendatario del campo de fútbol privado de la calle de Muntaner, entre las calles de París, Casanova y Londres, que antes habían utilizado como estadio local el F.C. Barcelona y el desaparecido Hispània.

Campo de la Manigua (1923) / Enciclopèdia

La construcción de Sarrià era la culminación de un proyecto de lo que entonces ya era uno de los grandes clubes de Barcelona y de Catalunya. Los terrenos fueron adquiridos por la familia De la Riva por 170.000 pesetas de la época. La primera piedra se colocó el 31 de diciembre de 1922 y el estadio se construyó en tan solo dos meses. La directiva blanquiazul había proyectado un gran estadio con capacidad para 40.000 espectadores, que tenía que superar el aforo del coliseo del gran rival local. El año anterior el F.C. Barcelona había inaugurado el estadio de Les Corts, que podía acoger a 30.000 espectadores.

Pero la quiebra de la empresa constructora obligó a reducir el proyecto inicial, que quedaría limitado a un aforo de 10.000 espectadores. En el partido inaugural el Espanyol se impondría a la Unió Esportiva de Sants, otro de los clubes grandes de la ciudad, por cuatro goles a uno. El primer gol en Sarrià lo marcaría el delantero blanquiazul Vicenç Tonijuan (Barcelona 1902-1983). Posteriormente, en 1948 bajo la presidencia de Paco Sáenz, el estadio pasaría definitivamente a ser propiedad del club por 5.000.000 de pesetas y sería la sede blanquiazul durante tres cuartos de siglo, hasta el año 1997.

 

Imagen principal: Campo de la Manigua / Unió Esportiva de Sants