Tal día como hoy del año 1840, hace 185 años, en Barcelona, el líder obrero Joan Muns (Vic, 1819) creaba la primera mutua obrera de la historia de Catalunya y de la península Ibérica. En el año 1840, en Barcelona y los pueblos del llano, el sector industrial del textil reunía una masa de 50.000 trabajadores, que no disponían de ningún tipo de prestación por enfermedades, accidentes o paro. Estas contingencias provocaban auténticas tragedias en las familias obreras que, debido a la inesperada interrupción de los salarios, se veían abocadas a la más absoluta miseria. Y cuando el puntal económico de la familia moría prematuramente, se producían trágicas situaciones de indigencia.

Joan Muns se inspiró en los mecanismos de previsión que utilizaban las cofradías de pescadores de altura (balleneros, atuneros) de la costa vasca que pescaban en el Atlántico norte (Groenlandia, Terranova) desde la centuria de 1400. E impulsó la creación de una mutua obrera que, inicialmente, cubriría las contingencias de los obreros del textil y, posteriormente, se expandiría al resto de actividades del sector industrial catalán. La Mútua recibía de cada trabajador una aportación semanal, que se descontaba del salario, para el pago de contingencias por enfermedad o accidente —de corta o de larga duración—, por paro, por invalideces o por orfandad y viudedad.

La Mútua d'Obrers también impulsó la creación de puestos de trabajo. A pesar de las trabas que le impuso el Gobierno del regente Espartero, en el año 1843 —tres años después de su fundación— obtuvo un préstamo del Ayuntamiento de Barcelona y de la Diputación de Barcelona para la creación de una fábrica. Fue constituida como una cooperativa y llamada Companyia Fabril de Teixidors de Cotó de Barcelona. Esta experiencia, aunque efímera —desapareció con la crisis global de 1848—, fue un precedente muy positivo. Dio trabajó a más de 200 trabajadores y pagó, durante su existencia, más de 700 subsidios por enfermedad, orfandad y viudedad.