El gobierno español, el president Salvador Illa y el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, han anunciado este fin de semana en diferentes intervenciones que van a incumplir el acuerdo de investidura del primer secretario del PSC, que establecía que antes de acabar el mes de junio presentarían un acuerdo sobre la llamada financiación singular para Catalunya. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha retrasado la presentación del acuerdo un par de semanas y Junqueras le ha concedido la prórroga, algo que tiene todo el sentido del mundo, ya que a la postre tampoco vendrá de quince días después de los años, décadas, que Catalunya espera tener una financiación justa.
Como las palabras se las lleva el viento, se ha puesto el acento en una expresión tan líquida como una financiación singular que, a la postre, puede acabar suponiendo muy poco y levantando muchos enemigos. Un negocio, en ocasiones, muy catalán: se construye un ruido insoportable en el que participan el PP, los dinosaurios del PSOE, un puñado de excomunistas junto a la prensa de la derecha extrema y los medios de Atresmedia y de la iglesia, que difunden los privilegios de Catalunya que, por otro lado, nunca acabarán llegando. Entonces el PSOE pide paciencia, hasta que se calme el estruendo, rebaja la propuesta catalana y lo que acaba saliendo es una chapuza.
Porque si tiramos de hemeroteca, Esquerra cuando presentó la financiación singular dijo lo siguiente: que era una medida inspirada en el cupo vasco y que buscaba que la Generalitat recaude el 100% de los impuestos que se pagan en Catalunya, en vez del actual 9%. Después se transferiría al Estado una parte a determinar por los servicios que presta en Catalunya, más otra partida para contribuir a la equidad entre territorios. Esto implicaría que de los alrededor de 26.000 millones recaudados en 2021, sin contar los 4.900 millones de tributos propios, la Generalitat podría llegar a ingresar hasta 52.000 millones, si hacemos caso a sus cálculos. Estamos hablando de más del doble. Esquerra también ha sostenido que Catalunya debería salir del régimen común de financiación de las autonomías.
¿Habrá más dinero? Sí. ¿Será un sistema de financiación singular? Sí. ¿Será similar al concierto? No. ¿Se le parecerá? Tampoco
¿Se puede esperar algunas semanas para recibir una propuesta así del gobierno español? Evidentemente que sí. Pero mucho me temo que cuando se reúna la comisión bilateral Estado-Generalitat en un par de semanas, si atendemos a la vicepresidenta Montero, no estaremos aquí. ¿Habrá más dinero? Sí. ¿Será un sistema de financiación singular? Sí. ¿Será similar al concierto? No. ¿Se le parecerá? Tampoco. Y eso que el momento es de lo más propicio para el gobierno español: con el presidente Pedro Sánchez asfixiado por casos de corrupción, si jugara bien la partida podría encontrar un escenario de debate diferente, como le ha sucedido con su discusión con Donald Trump. Abanderar una España diferente, aunque creas más bien poco en ella, siempre es más agradecido que estar sometido al debate que implementan los casos de Koldo, Ábalos o Santos Cerdán.